El gobernador de Wisconsin extendió el viernes la obligatoriedad del uso de mascarilla en todo el estado a pesar del desafío legal que plantean los conservadores, prolongando una orden de emergencia sanitaria que requiere cubrirse la cara en espacios públicos con tal de frenar un alarmante aumento de las infecciones por COVID-19.
Sur Florida/Reuters
El nuevo decreto del gobernador Tony Evers, del partido demócrata, se impuso seis meses después que una orden que obligaba el confinamiento a causa del nuevo virus – emitida la primavera pasada-, fuera invalidad por el máximo tribunal del estado tras una demanda presentada por los legisladores republicanos.
El mismo tribunal escuchó el lunes los argumentos en una demanda similar presentada por un prominente político conservador de Wisconsin que impugnaba la imposición presentada por Evers sobre cubrirse el rostro, la cual expira el sábado.
Aunque los expertos médicos insisten en que las mascarillas son uno de los medios más eficaces para romper el ciclo de transmisión del coronavirus, su uso se ha politizado profundamente.
Muchos políticos republicanos, encabezados por el presidente Donald Trump, han menospreciado o criticado las mascarillas por ser una violación de la libertad personal. En cambio, el presidente electo Joe Biden ha llamado a su uso un “deber patriótico” del que él está a favor que se imponga a nivel nacional.
Los requisitos de utilizar mascarilla a nivel estatal han sido adoptados por más de 30 gobernadores en algún momento durante la pandemia, según la Asociación Americana de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés).
La decisión de Evers de extender la orden de su uso en Wisconsin por otros 60 días ha sido la última de una serie de nuevas restricciones impuestas por representantes estatales y locales de todo el país para reducir los casos de COVID-19, que se han disparado de nuevo con la llegada del invierno.
Los expertos en salud pública dicen que el incremento de eventos sociales y de reuniones en interiores a causa de un clima más frío están alimentando los contagios, poniendo a los sistema de atención sanitaria, ya de por sí tensos, bajo un mayor asedio, justo antes de Navidad.
“Los hospitales de Wisconsin están abrumados y se enfrentan a la escasez de personal”, dijo Evers en un comunicado de prensa. Más de un tercio están operando a su máxima capacidad, con los pacientes con COVID ocupando cerca de un tercio de todas las camas de las unidades de cuidados intensivos, dijo.
El número promedio de casos diarios registrado fue de más de 6.200, casi el doble de los casos reportados hace un mes, dijo Evers.
PÁNICO POR EL PAPEL HIGIÉNICO
Mientras las camas de los hospitales se llenan de pacientes con COVID-19, las nuevas restricciones a la vida social y económica en todo el país han alimentado el resurgimiento de otro signo preocupante de los primeros días del brote: las compras derivadas del pánico. Walmart dijo el viernes que estaba “observando disponibilidad inferior a la habitual” en paquetes de papel higiénico y en productos de limpieza en algunas comunidades. Clientes de media decena de ciudades norteamericanas dijeron a Reuters que las toallitas desinfectantes se habían agotado en tiendas con los mayores descuentos y en grandes superficies.
La Dra. Deborah Birx, miembro del grupo de trabajo de coronavirus de la Casa Blanca, apeló el viernes a los americanos a evitar viajes innecesarios y a limitar las reuniones sociales durante la festividad del Día de Acción de Gracias de la próxima semana.
Birx dijo que más de la mitad de los Estados Unidos ha sido designado como “zona roja” por la COVID-19 e instó a los estadounidenses a incluir sólo a los familiares directos en las celebraciones del Día de Acción de Gracias.
El jueves, el número de muertos en un solo día superó los 2.000 por primera vez desde finales de junio, según el recuento de datos de salud pública realizado por Reuters. Ese mismo día, el promedio de nuevos casos en los últimos siete días alcanzó más de 165.000.
El número de pacientes hospitalizados con COVID-19 ha aumentado casi un 50% en las últimas dos semanas, con más de 81.000 personas siendo tratadas por la enfermedad en los hospitales hasta el viernes, la mayor cifra desde que hay registros por la pandemia. Las hospitalizaciones han alcanzado niveles récord en 29 estados este noviembre.