Visiones pospandemia en EEUU: muchos ven prosperidad y fiestas.
SurFlorida – AP
Si la historia se repite, ¿se duplicarán las décadas? Al aumentar las esperanzas de una vuelta a la normalidad a medida que amaina la pandemia en Estados Unidos y Europa, prolifera la visión de unos “Roaring Twenties”, similares a la próspera década pospandemia de hace un siglo.
Meses de encierro y restricciones a la vida social parecen abrir paso a imágenes de una nueva era de frivolidad y decadencia. Para algunos, es hora de celebrar.
En muchas partes del mundo eso sigue siendo impensable. India está sumida en una crisis colosal de salud. El virus que causa el COVID-19 hace estragos en. Japón batalla con una nueva ola de infecciones. Incluso donde el número de casos está bajando y las vacunaciones aumentan, persisten heridas profundas luego de más de un año de muerte, enfermedad y aislamiento.
El COVID-19 no va a desaparecer. Circulan variantes más infecciosas del coronavirus. La inmunidad de rebaño pudiera ser elusiva todavía. Las secuelas de salud a largo plazo pudieran persistir. No va a ser un final de Hollywood.
Pero al menos en Europa y Estados Unidos, la llegada del verano boreal y un mercado de acciones boyante han elevado el optimismo y alimentado predicciones de unos nuevos Alocados Veintes, en alusión a la próspera década de 1920 luego de la pandemia de influenza y de la Primera Guerra Mundial.
Esta vez, dijo el comediante Bill Maher, a lo mejor sucede sin “la Depresión del final”. La revista New Yorker bromeó que la prohibición en los “Nuevos Alocados Veintes” debería aplicarse “en horas felices virtuales requeridas por las compañías”.
El mundo de la publicidad también parece evocar la referencia de hace un siglo. La marca de moda masculina Suitsupply lanzó una campaña sugerente con modelos retorciéndose y lamiéndose, junto con el eslogan: “Ya viene la nueva normalidad”. Los viajes de verano están en auge. Algunos pronostican una “sexplosión”. Y el estilo bob de corte de cabello está de moda nuevamente.
¿Es cor4recto relacionar estas dos décadas de los veintes, ambas luego de pandemias mundiales? ¿Pueden las dos décadas ser tan similares? ¿Deberíamos releer a F. Scott Fitzgerald?
Algunos de los paralelismos son legítimos, opina Nicholas Christakis, profesor de Sicología y Medicina en la Universidad de Yale y autor del libro “Apollo’s Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live”, sobre el impacto de la pandemia. Luego de un período de “soportar el shock sicológico, clínico y económico del virus”, dice, veremos una subida de los ánimos este verano, con un período pospandémico afianzándose para 2023. Será “un poco como una fiesta”.
“Obviamente, la gente va a sentirse muy aliviada cuando esto termine finalmente. La gente ha estado encerrada de una forma u otra por mucho tiempo”, dice Christakis. “Vamos a ver a las personas buscando incansablemente oportunidades sociales en clubs nocturnos, restaurantes, bares, eventos deportivos y mítines políticos. Pudiéramos ver un libertinaje sexual, un relajamiento de las costumbres sexuales”.
Esos pronósticos han tentado a muchos el deseo de revivir el famoso destape de hace un siglo: lo que Fitzgerald describió como “la orgía más cara en la historia”. Aparte de la década de 1960, quizás ninguna otra década está tan presente en la imaginación colectiva como la de 1920, gracias en parte a la cultura colectiva emergente que capturó ese tiempo: bares clandestinos, el Renacimiento de Harlem y “El cantante de jazz” en 1927, la primera película hablada. Con el tiempo, la mitología ha seguido ganando brillo (como en “Gatsby”, de Baz Luhrmann, en 2013).
Hay cierta verdad en ese retrato de la década de 1920 en Estados Unidos, pero mayormente para los blancos adinerados.
Esa década fue atroz para los granjeros; por primera vez más personas vivieron en las ciudades. Aumentó la membresía del Ku Klux Klan, que atacó a negros, judíos, católicos e inmigrantes, todos aquellos a quienes consideraba que no eran “verdaderos estadounidenses”. En 1921 ocurrió uno de los peores incidentes de violencia racial: la Masacre de Tulsa. Tres años después, la Ley de Inmigración de 1924 restringió la entrada de migrantes procedentes de Asia y Europa Oriental.
En pocas palabras, la década de 1920 no fue tan buena como muchos creen. “Hoy tenemos en Estados Unidos, hombro con hombro, Prosperidad y Depresión”, escribió en 1926 el activista de derechos civiles y escritor W.E.B. Du Bois.
No es difícil notar los mismos hilos hoy: injusticia racial, inequidad económica, cambios tecnológicos acelerados. El lema de campaña electoral de Warren G. Harding en 1921 —“un regreso a la normalidad”— suena familiar e incluso atractivo para quienes están hastiados de la “nueva normalidad”.
Los pronósticos en Wall Street, por supuesto, varían. El mes pasado, la ONU elevó su pronóstico para la economía global a un crecimiento de 5,4% en 2021. Mientras muchos analistas pronostican que el ritmo se acelerará en los próximos meses y años, Tina Fordham, socia y jefa de estrategia global para Avonhurst, prevé un período postencierro que solamente unos pocos sentirán como “El Gran Gatsby”.
“Para muchos, será más como ‘Las viñas de la ira’, a menos que se tomen medidas para lidiar con las inequidades —que se aceleraron durante la pandemia— y las brechas en la red de seguridad social”, concluyó Fordham.
¿Es acertado incluso vincular los Alocados Veintes con la pandemia de influenza de 1918? Para John M. Barry, autor del libro de historia “The Great Influenza”, es una asociación falsa. La llamada gripe española fue mucho más virulenta y letal. Mató a más de 50 millones de personas en todo el mundo y unas 675.000 en Estados Unidos, más de 10 veces el saldo de la Primera Guerra Mundial para el país.
“La gente parece creer que saltamos a los Alocados Veintes”, dice Barry. “Pero primero pasamos por 1919, que fue uno de los años más caóticos y violentos en la historia estadounidense. Entonces vino la grave recesión de 1920 y 1921”, agrega. “La consecuencia esta vez, esperamos, es que sea muy diferente”.
Además, la gente experimentó la influenza de 1918 de forma muy diferente. Los encierros nunca duraron más de unas pocas semanas. ¿El auge social que siguió en la década de 1920? La mayoría de los historiadores lo atribuyen a la posguerra.
“Los Alocados Veintes, eso fue la Generación Perdida”, dice Barry, que está escribiendo un libro sobre la pandemia de COVID-19. “Había una sensación de fatalismo, hastío, desilusión con el mundo que yo pienso estaba mucho más relacionada con la guerra”.
Lucy Moore, autora de “Anything Goes: A Biography of the Roaring Twenties”, vincula la Primera Guerra Mundial con la influenza de 1918 en el sentido de que ambas fueron devastadoras para los jóvenes estadounidenses. Los años 20, dice, fueron impulsados por una juventud desilusionada y emancipada.
“Los jóvenes había sacrificado mucho por la generación más vieja”, dice Moore. “Existía esa sensación tras la guerra y la gripe española. La guerra fue básicamente jóvenes enviados a morir por una generación mayor en la que se les había enseñado a confiar, pero ellos se sintieron muy decepcionados”.
Queda por verse si ocurrirá la misma respuesta tras esta pandemia. La crisis está lejos de haber acabado, advierte Christakis. “No queremos adelantarnos a los acontecimientos”, dice, pero Christakis ve a lo largo de la historia un patrón común en las calamidades prolongadas. Las pestes son seguidas por tiempos de auge. Tras la Muerte Negra llegó la erosión del feudalismo.
“Los Alocados Veintes son solamente una metáfora”, dice. “El dolor va por las calles en tiempos de pandemia, así que la gente se sentirá lógicamente aliviada cuando se acabe esto”.