Las ventas minoristas se aceleraron en Estados Unidos en septiembre, cerrando un trimestre sólido para la actividad económica, aunque la recuperación de la recesión provocada por el COVID-19 sigue en una encrucijada mientras se acaba el dinero del gobierno y las firmas siguen despidiendo gente.
Sur Florida / Reuters
El número de casos nuevos de coronavirus también está subiendo en todo el país, lo que podría generar restricciones en negocios como restaurantes, gimnasios y bares, y reducir el gasto del consumidor. La economía ya está pasando a una marcha más baja. Otros datos conocidos el viernes mostraron un inesperado declive en la producción fabril el mes pasado.
“Aunque el crecimiento de las ventas es fuerte, se ralentizará durante el resto del año y el próximo año”, dijo Gus Faucher, economista jefe de PNC Financial en Pittsburgh, Pensilvania. “La ralentización será incluso mayor si el Congreso no aprueba otra ley de estímulo. El desempleo sigue siendo generalizado en toda la economía estadounidense”.
Las ventas minoristas aumentaron un 1,9% el mes pasado, ya que los consumidores compraron vehículos a motor y ropa, cenaron fuera y apostaron por disfrutar de sus aficiones. En agosto hubo un alza no revisada del 0,6%.
Los economistas atribuyeron la fortaleza de estas ventas al estímulo fiscal, sobre todo una paga semanal subsidiada a decenas de millones de desempleados. El robusto dato de septiembre reforzó las expectativas de un gasto del consumidor y un crecimiento económico récord en el tercer trimestre.
Las estimaciones de crecimiento para julio-septiembre son tan altas como una tasa anualizada del 35,2%. Esto recuperaría cerca de dos tercios de la producción perdida por el COVID-19. La economía se contrajo a un ritmo del 31,4% en el segundo trimestre, el descenso más profundo desde que el gobierno comenzó a llevar registros en 1947.
Un reporte por separado de la Reserva Federal mostró el viernes que la producción manufacturera bajó un 0,3% el mes pasado tras avanzar un 1,2% en agosto. La producción fabril sigue un 6,4% por debajo de su nivel prepandémico.
Las acciones estadounidenses repuntaban después de tres días seguidos de pérdidas gracias a los datos de ventas minoristas y el anuncio del laboratorio Pfizer de que podría solicitar para noviembre el uso de emergencia de su candidato a vacuna para el COVID-19.
Un sondeo de la Universidad de Michigan mostró que la confianza del consumidor mejoró a principios de octubre desde septiembre. El estudio destacó que “la desaceleración del crecimiento del empleo, la resurgencia de infecciones de COVID-19 y la ausencia de pagos federales adicionales de alivio hizo que los consumidores se preocuparan más de las actuales condiciones económicas”.
