El propietario Marco Tornabene pensó que había sido estafado cuando sonó el teléfono la semana pasada: Alguien quería gastar 30 000 dólares en su difícil restaurante italiano Nino’s en Boca Ratón, todo en tarjetas de regalo de restaurantes.
SurFlorida – SunSentinel
“Soy originario de Brooklyn, así que mi guardia sube de inmediato”, dice Tornabene. “¿Alguien me va a dar 30 mil? ¿Quién hace eso?
Pero era legítimo. La compañía detrás de la inesperada ganancia inesperada de Tornebene: el gigante de alquiler de coches Enterprise. En una cuerda de salvamento para los restaurantes desafiados por COVID que luchan por sobrevivir, el St. Louis, Mo., compañía ha comprado más de 163.000 dólares en tarjetas de regalo en Nino’s y otros siete restaurantes del sur de la Florida.
La sede de la compañía en el sur de la Florida planea sorprender a los 1.638 empleados el viernes 5 de marzo por la mañana, dándole a cada uno una tarjeta de regalo de $100, dice Dave Schmidt, gerente general del sur de la Florida de Enterprise. Schmidt agrega que el propósito – celebrar a sus trabajadores durante la pandemia – tiene un objetivo más noble: inyectar ingresos adicionales en restaurantes familiares con mucho dinero en efectivo.
“Nos aseguramos de elegir solo lugares de propiedad local, y restaurantes de propiedad de minorías y mujeres también”, dice Schmidt, cuya sede abarca Vero Beach hasta Key West. “Los viajes y el turismo son clave para nuestra economía, así que vemos esto como estamos juntos en esto”.
Otros restaurantes del sur de la Florida incluyen Tom Jenkins Bar-B-Q en Fort Lauderdale con 32.400 dólares en tarjetas de regalo; Los Tacos del chef Omar en Pembroke Pines con 16.300 dólares; Yumbrella en el sur de Miami con 45.900 dólares; Batch New Southern Kitchen and Tap en West Palm Beach con 27.500 dólares; Frank y Al’s Pizza en Fort Pierce con 6.800 dólares; Fuego y vino en Vero Beach con 2.500 dólares; y Kim’s Kuban en Key West con 1.700 dólares.
Al describir el dinero como un “envío de Dios”, la incredulidad inicial de Tornabene se convirtió en alivio cuando 30.700 dólares llegaron a Nino’s esta semana. “Para ser honesto, me emocioné. Básicamente me salvaron la vida. El negocio ha sido horrible desde que comenzó COVID”, dice.
Pero Tornabene se mantuvo escéptico, y le pidió a Enterprise que explicara por qué, de todos los porros italianos en Boca Ratón, ¿tiene tanta suerte de Nino?
“Le pregunté qué les hacía elegirme y estaba mirando lugares con reseñas de Yelp, y marcó todas sus casillas”, dice Tornabene. “Supongo que mis reseñas de Yelp fueron lo suficientemente buenas”.
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Desde que comenzaron los cierres hace un año, Tornabene, de 50 años, ha reducido el personal de Nino de seis servidores y tres camareros a un equipo esquelético que incluye a su esposa Mary, que es la cajera, y a su hijo de 21 años Angelo, un camarero. El tráfico peatonal sigue siendo lento después de que un mercado de Boston y una peluquería cerraran recientemente dentro de su plaza Boca oeste, dice, y no ha sacado un cheque de pago en 12 meses.
“El negocio de comida para llevar no ha aumentado”, dice Tornabene, cuya familia ha operado Nino’s desde 1982. “Los pájaros de nieve no bajaron como lo hacen normalmente, así que básicamente no tuve una temporada este año”.
Las tarjetas de regalo son una cuerda de salvamento que mantendrá las puertas de Nino abiertas al menos otros dos meses mientras Tournabene se pone al día con el alquiler atrasado y las facturas.
En Tom Jenkins Bar-B-Q en Fort Lauderdale, ganar $32,400 en un día se sintió como “un disparo en el brazo para nosotros”, dice Harry Harrell, que ha dirigido el restaurante en South Federal Highway con su socio comercial Gary Torrence desde 1989.
Durante el último año, el gran generador de dinero de la casa de barbacoas, que atiende a las oficinas de Fort Lauderdale, ha cráterizado al menos un 35 por ciento a medida que los trabajadores del centro se adhieren al trabajo remoto. Pero Harrell está agradecido de que nunca se haya perdido la nómina o despedido a los empleados, aunque varios se fueron a cobrar el desempleo.
“Muchos restaurantes están esperando para exhalar, y esto nos da un gran aliento”, dice Harrell. “Algo grande finalmente nos sucedió. Es algo maravilloso”.
