Los estados del oeste de Estados Unidos conocidos por sus paisajes escarpados y espacios abiertos van contra la corriente de bajo crecimiento poblacional en el país, que cayó a su nivel más bajo desde la Gran Depresión. Diferentes fuerzas impulsan el crecimiento en Utah y Idaho.
SurFlorida / Diario las Américas
En Utah, los nacimientos fueron el principal impulsor del mayor crecimiento poblacional del país en el último decenio. En el vecino Idaho, los arribos de California y otros estados lo ayudaron a llevarse el segundo puesto.
“Yo no recuerdo haber visto jamás nada como esto”, dijo Bill Rauer, director ejecutivo de la Asociación de Contratistas de Construcción en el suroeste de Idaho, el área más populosa del estado. “Las construcciones van a un paso vertiginoso”.
“Yo no recuerdo haber visto jamás nada como esto”, dijo Bill Rauer, director ejecutivo de la Asociación de Contratistas de Construcción en el suroeste de Idaho, el área más populosa del estado. “Las construcciones van a un paso vertiginoso”.
Para los dos estados, que han sido tradicionalmente poco poblados, la expansión llega con un crecimiento económico rápido, lo que ha generado temores de un aumento del costo de la vida que pudiera amenazar la calidad de vida en el área a largo plazo.
Mientras los estados entre las Montañas Rocosas y la costa oeste del país entran en la próxima década, sus líderes tendrán que lidiar con formas para mantener el crecimiento sin dejar que los costos se descontrolen para los hogares o que haya daños a los recursos naturales, que por ahora contribuyen a atraer a las personas al área.
La mayoría del crecimiento en Idaho, alrededor de 60%, ha sido impulsado por personas mudándose al estado entre 2010 y 2019, de acuerdo con nuevas cifras del censo. Una de cada cinco provino de California, muchas de ellas jubilados que buscan precios más bajos de las viviendas y algunas de las áreas naturales más prístinas en Estados Unidos.
El mayor motor del crecimiento en Utah, en contaste, son los nacimientos. Como hogar de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una fe que coloca gran énfasis en las familias numerosas, Utah ha estado desde hace mucho tiempo entre los estados con las tasas más elevadas de nacimientos, mayores hogares y población más joven: 31 años, comparado con 38 años en Estados Unidos en general en 2019.
Aunque la tasa de fertilidad ha bajado un poco en años recientes, el crecimiento natural sigue representando el 70% el auge de población del estado. “Seguimos siendo más jóvenes y tenemos más hijos que la mayoría de los estados”, dijo Mallory Bateman, analista del Kem C. Gardner Policy Institute de la Universidad de Utah.
La migración al estado también es fuerte. Utah añadió empleos tecnológicos y el paisaje de montañas nevadas y cinco parques nacionales prometen un buen equilibrio trabajo-vida. El estado registró una tasa de crecimiento de 18,4%, más del doble de la tasa nacional.
Ese crecimiento ha ayudado a impulsar la mayor expansión económica del estado, aumentar el turismo y expandir la clase media. En medio de la enorme sacudida económica creada por la pandemia de coronavirus, tanto Utah como Idaho han sido algunos de los estados con las menores tasas de desempleo.
Pero con esa buena noticia viene el estrés. En 2019, los precios de la vivienda en Utah subieron casi 11%, mientras que los ingresos subieron menos de 4%. Esa tendencia se ha acelerado durante la pandemia, con más personas buscando mudarse a espacios grandes y menos personas vendiendo sus casas.
Eso está dificultando a las familias jóvenes en Utah seguir el sendero de sus padres.
Matthew Clewett, de 26 años y su esposa, Bethany, quieren tener una familia numerosa, como aquellas en las que se criaron, pero los altos costos de la vivienda afectaron duramente sus planes. La pareja hizo ofertas por al menos 10 casas en el norte de Utah hasta que en marzo compraron una pequeña para ellos y su bebé.
“Ese era el Sueño Americano entonces: Consigues un trabajo, te casas… y no necesitas un montón de dinero para poder comprarte una casa”, dijo Clewett, que es la directora de políticas públicas de la Junta de Agentes de Bienes Raíces de Salt Lake City. “Hoy en día es mucho más difícil… para los millennials adquirir propiedades”.
La raíz de la crisis de viviendas en Utah data de la Gran Recesión, cuando muchos trabajadores de construcción de edad avanzada decidieron salirse del sector tras el desplome hipotecario de 2008. La escasez de mano de obra persistió incluso al mejorar la economía y aumentar la demanda, dijo Dejan Eskic, un investigador del Kem C. Gardner Policy Institute, que estudia el sector. Hay además menos terrenos en los cuales construir.
“Para la mayoría de los estadounidenses de clase media, su riqueza está atada a su vivienda. Ha sido así durante décadas”, dijo Eskic. “Si no puedes comprar una casa ¿cómo vas a poder aumentar la riqueza de tu hogar y sostener a tu familia?”.
La representante demócrata de Utah Jennifer Dailey-Provost ha visto a muchos vecinos de clase media dejar el centro de Salt Lake City en las últimas dos décadas a medida en que aumentan los costos de vida.
“Si tienes una familia de dos ingresos, pero tu ingreso total es de menos de 150.000-200.000 dólares, no puedes costear la compra de una casa”, dijo. “Nadie debería pasar trabajos para vivir con ese nivel de ingresos”.
Los legisladores en ese estado dominado por los republicanos dieron pasos para lidiar con la crisis de viviendas este año, dedicando millones de dólares para aumentar y preservar las viviendas de bajo costo.
El crecimiento ha causado además intranquilidad política en un estado profundamente conservador.En años recientes, los votantes han contravenido a sus legisladores republicanos y han aprobado medidas centroizquierdistas iniciadas por ciudadanos, incluso la legalización de la marihuana medicinal y la expansión del programa de salud Medicaid para personas de bajos ingresos. Aun así, pocos esperan que Utah se vuelva demócrata. Los legisladores estatales han aprobado regulaciones más estrictas para las iniciativas de los votantes y el único demócrata en el Congreso perdió la elección el año pasado.
Similarmente, el crecimiento de Idaho no ha causado cambios mayores en uno de los climas políticos más conservadores en la nación. Tanto Utah como Idaho se han vuelto más diversos racial y étnicamente en la última década, pero siguen siendo menos diversos que el resto del país.
Para el nuevo residente de Idaho Derrell Hartwick, la belleza y las oportunidades de recreación al aire libre fueron grandes atracciones para mudarse a Coeur d’Alene. Visitó inicialmente el área a inicios de la década de 2010 y a continuación se mudó desde Arkansas a finales de 2019, tras conseguir empleo como director general de la Cámara Regional de Comercio de Coeur d’Alene. “Una vez que regresé para la entrevista, me enamoré (del área) y estaba esperando y orando por tener la oportunidad”, dijo.