Alrededor de 3.500 compañías estadounidenses, entre ellas Tesla Inc, Ford Motor Co, Target Corp, Walgreen Co y Home Depot demandaron al gobierno de Donald Trump en las últimas dos semanas por la imposición de aranceles a más de 300.000 millones de dólares en productos fabricados en China.
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Las demandas, presentadas en la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos, mencionaron al Representante de Comercio Robert Lighthizer y a la agencia de Aduanas y Protección de Fronteras, y se oponen a lo que consideran una escalada ilegal de la guerra comercial de Estados Unidos con China a través de la imposición de una tercera y cuarta ronda de aranceles.
Las impugnaciones jurídicas de una amplia gama de empresas sostienen que el gobierno de Trump no impuso los aranceles en el plazo requerido de 12 meses y no cumplió con los procedimientos administrativos.
Las empresas impugnan la “guerra comercial sin límites de la administración que afecta a miles de millones de dólares en bienes importados desde la República Popular China por importadores de los Estados Unidos”, según la demanda presentada por el fabricante de autopartes Dana Corp.
Las demandas impugnan los aranceles en dos grupos separados conocidos como Lista 3 y Lista 4A.
La Lista 3 incluye un 25% de aranceles sobre unos 200.000 millones de dólares en importaciones, mientras que la Lista 4A incluye un 7,5% de aranceles sobre 120.000 millones de dólares en mercancías.
En una demanda se argumenta que la administración no puede ampliar los aranceles a otras importaciones chinas “por razones no vinculadas a las políticas y prácticas injustas de propiedad intelectual que investigó originalmente”.
La oficina de Lighthizer no respondió inmediatamente a las peticiones de comentarios.
El 15 de septiembre, la Organización Mundial del Comercio determinó que Estados Unidos violó las reglas de comercio mundial al imponer aranceles multimillonarios en la guerra comercial de Trump con China.
El gobierno de Trump dice que los aranceles sobre los productos chinos se justificaban porque China estaba robando la propiedad intelectual y obligando a las empresas estadounidenses a transferir tecnología para acceder a los mercados de China.