El «smartphone» se ha convertido en una herramienta esencial para buena parte de la sociedad. Gracias a su empleo, un usuario puede controlar su vida social, familiar y laboral. También puede utilizarlo para tener una vida más saludable, gracias a la proliferación de «apps» que ayudan a mejorar el estilo de vida, y, dentro de poco, para controlar lo que se bebe.
Sur Florida/ABC
Según un estudio conjunto de la Universidad de Stanford y la de Pittsburgh (ambas ubicadas en Estados Unidos) han descubierto que los acelerómetros, integrados en buena parte de los teléfonos inteligentes, son capaces de identificar los pasos de una persona que ha bebido más alcohol de la cuenta y, por tanto, no debe conducir.
«Podría ser utilizado por personas que deseen recibir una alerta cuando muestren signos de deterioro», afirma en declaraciones recogidas por « New Sciencist» Brian Suffoletto, investigador de la Universidad de Stanford. Asimismo, destaca que según trabajos anteriores, el 50 por ciento de las veces las personas no se dan cuenta de que han bebido de más cuando están borrachas: «Este sistema permitiría alertar a alguien que no reconozca la situación y evitar que conduzca su automóvil».
Para llevar a cabo la investigación, Suffoletto y sus colegas contaron con 22 voluntarios. Cada uno de ellos debía consumir una bebida elaborada con vodka capaz de generar una concentración de alcohol en el aliento del 0,2 por ciento. Una cantidad que está bastante por encima de lo permitido en Estados Unidos, que es 0,08 por ciento en caso de que el conductor tenga más de 21 años.
Tras consumir la bebida, los voluntarios se ataron un «smartphone» en la zona baja de las espalda. Los investigadores comenzaron analizarles el aliento una vez cada hora durante siete horas y se les hizo caminar en línea recta diez pasos hacia delante y diez pasos hacia atrás para medir el balanceo al caminar.
Según señala el equipo encargado del estudio, el acelerómetro integrado en los dispositivos fue capaz de captar, con un 92,5 por ciento de precisión, cuándo una persona tenía una tasa de alcohol en sangre superior al 0,08 por ciento, y, por tanto, superaba la cantidad permitida para conducir. Queda por estudiar, no obstante, si la técnica empleada es efectiva en caso de que los terminales se encuentren ubicados en otra zona que no sea la parte de la espalda, como es el caso de los bolsillos o de la mano del usuario.