Mama Munchies Hemp Cafe, un nuevo lugar en Las Olas, está vendiendo productos horneados que contienen bajas dosis de THC Delta-8.
SurFlorida / SunSentinel
Una nueva panadería en Las Olas Boulevard de Fort Lauderdale vende brownies, galletas y otras golosinas infundidas con una versión del ingrediente psicoactivo derivado del cáñamo THC, que puede ser el único negocio de este tipo en el país.
Especializada en productos horneados que contienen bajas dosis de THC Delta-8, Mama Munchies Hemp Café se inauguró hace tres semanas en 1221 E. Las Olas Blvd. por los nativos de Miami Stefan Guarch, de 27 años, y Edgar Cohen, de 29. El dúo está entre las pocas empresas en Florida que operan con un permiso de establecimiento de alimentos de cáñamo, que el estado comenzó a emitir el año pasado.
Fuera de un escaparate brillante y colorido en el extremo funkier de Las Olas, Mama Munchies ofrece sus delicias en dosis de 5, 10 y 25 miligramos de Delta-8 THC, pero también tiene artículos de 2,5 miligramos para aquellos que recién comienzan.
Junto con el café y otras bebidas, hay cuatro elementos principales del menú hasta ahora: un brownie, dos galletas (azúcar y chispas de chocolate) y una golosina de arroz Krispie. Los precios para cada uno son de 11,75 $ por 5 miligramos, 14,75 $ por 10 miligramos y 16,75 $ por 25 miligramos.
Los clientes de Mama Munchies deben tener al menos 21 años de edad para comprar un artículo que contenga THC. También venden cruasanes y otros artículos sin THC.
Mama Munchies abrirá en otros lugares de Florida
Si todo va según lo planeado, Guarch y Cohen tendrán ubicaciones de Mama Munchies abiertas en el centro de Delray Beach y en el distrito Brickell de Miami para finales de año.
Guarch dice que, dependiendo de su peso corporal y química, un brownie Mama Munchies de 5 miligramos probablemente produzca un efecto “elevado”, más notable que el CBD omnipresente y relativamente no intoxicante, pero menos intenso que la marihuana. El efecto comienza después de unos 30 minutos y puede durar hasta seis horas.
Describe la experiencia como un ambiente edificante y claro, sin la ansiedad y la somnolencia de una olla alta.
“Tienes un cuerpo alto y una cabeza alta”, dice Guarch, que hornea. “Es comparable a unas dos copas de vino”.
