Ahora que ha pasado el Black Friday y el Cyber Monday, estamos seguros que muchos de los consumidores sacaron la tarjeta de crédito de su billetera y compraron, compraron y compraron. En otro momento, pensaríamos que fue una pésima decisión (aunque lo sigue siendo) por un potencial endeudamiento; pero en esta ocasión, debido a la inflación las tarifas de estos plásticos están por las nubes, ya que el promedio es de $724 dólares, la hayan o no utilizado.
Sur Florida / solodinero
Un análisis de la consultora de pagos global e independiente CMSPI, que asesora a los comerciantes sobre cómo mejorar sus acuerdos de pago y reducir los costos, señaló el hogar estadounidense promedio pagó $724 dólares por tarifas de tarjetas de crédito en 2020, ya sea que la usaran o no. Eso es $261 dólares más que en 2012. Y si tomamos en cuenta la inflación de este 2021, los expertos señalan que las tarifas podrían aumentar para este año.
Según CMSPI, todo se debe a que los comerciantes no tienen más remedio que subir los precios para que todos cubran el costo de las tarifas que deben pagar a las grandes compañías de tarjetas de crédito para procesar las transacciones.
“Los gigantes del procesamiento de pagos como Visa y Mastercard generalmente obtienen un recorte promedio de alrededor del 2.2% por deslizar una tarjeta, ya sea en una tienda o en una compra en línea, y los comerciantes pasan alrededor del 70% de ese costo a los clientes en forma de precios más altos“, aseguró Callum Godwin, economista jefe de CMSPI.
Esta tendencia es de relativa injusticia debido a que, aun cuando estas tarifas de transacción con tarjeta de crédito se difieren a todos los clientes para solventarlas, son los consumidores de bajos ingresos los que tienen un golpe más duro a su bolsillo.
Las personas de altos ingresos que usan tarjetas de crédito, suelen ocupar aquellas en el mercado que les ofrecen recompensas, como puntos, millas o efectivo. Aunque estas tarjetas suelen tener altas tarifas anuales, su capacidad financiera les permite ocupar las tarjetas y prácticamente no sentir el pago de la tarifa aprovechando las recompensas, sin mencionar que en algunas ocasiones tienen tasas de interés privilegiadas.
Esto no sucede con los consumidores de bajos ingresos, quienes suelen tener una tarjeta de crédito más sencilla, con altas tasas de interés, y no sólo eso, padecen de pagar sus facturas, por lo que terminan aumentándolas con los intereses y endeudándose, además de pagar sus propias tarifas anuales.
“Hay un efecto perverso, casi, de que los pobres dan a los ricos”, aseguró Godwin. “Incluso los comerciantes tienen muy poco control sobre este sistema. Creemos que la única forma de resolver adecuadamente muchos de los problemas es mediante algún tipo de intervención regulatoria que promueva la competencia“.
Al final, con los costos de estas tarifas, si tienes una tarjeta de crédito, podría ser más perjudicial no ocuparla, que darle un uso responsable, para siquiera hacer valer los costos por medio de los beneficios que puedes obtener al hacer tus compras con ella.