El sistema de salud de Irlanda seguía tratando el martes de restaurar sus computadoras y atender a pacientes, cuatro días después de desconectar todo su sistema de tecnologías de la información en respuesta a un ciberataque.
Sur Florida / AP
Desde el ataque ransomware del viernes, una técnica que bloquea equipos informáticos para pedir un rescate, se han cancelado miles de citas médicas, tratamientos contra el cáncer y cirugías.
El ataque ha tenido “un profundo impacto en nuestra capacidad de prestar atención” y dejado fuera de servicio el sistema empleado para pagar al personal sanitario, indicó el martes el responsable clínico del Servicio de Salud, Colm Henry.
Los efectos del ataque no harán más que “crecer en los próximos días y semanas”, dijo a la cadena irlandesa RTE.
Por lo general, los ataques de este tipo son obra de delincuentes que cifran los datos, paralizan las redes de las víctimas y piden un cuantioso pago por desencriptarlo. Las autoridades irlandesas han dicho que se ha pedido un rescate, pero que no lo pagarán.
“Hay preocupaciones serias sobre las implicaciones para la atención a los pacientes derivadas del mismo acceso limitado a diagnósticos, servicios de laboratorio y registros históricos de pacientes”, indicó en un comunicado el lunes por la noche el Servicio de Salud.
El organismo indicó que trabajaba de forma metódica para evaluar y restaurar “aproximadamente 2.000 sistemas de tecnologías de la información de cara al paciente, cada uno respaldado por infraestructura, varios servidores y dispositivos”.
“Nuestra prioridad es mantener a nuestros pacientes a salvo y mantener los tratamientos esenciales y servicios de apoyo”, añadió.
Conti, un grupo de ciberdelincuentes rusófonos, exigía 20 millones de dólares, según la página de negociación de rescate que vio The Associated Press. El grupo amenazó el lunes con “empezar a publicar y vender su información privada muy pronto” si no recibía el dinero.
Los ataques de ransomware son un problema en alza para firmas privadas y organismos públicos en todo el mundo.
La filial tailandesa de la aseguradora con sede en París AXA y un proveedor de salud pública en Nueva Zelanda sufrieron ataques de esta clase el martes.
En Estados Unidos, el oleoducto más grande del país fue atacado este mes. La interrupción del servicio en el Colonial Pipeline provocó largas filas en las gasolineras por problemas de distribución y compras de pánico, lo que dejó sin reservas a miles de gasolineras.