A un año del comienzo de la violencia política en Siria, el gobierno de Bashar al Asad se comprometió a aceptar el plan de paz de seis puntos propuesto por el enviado de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, dijo un portavoz de ambas organizaciones.
Annan -que se encuentra en Pekín tratando de convencer al gobierno de que respalde su plan- lo consideró “un primer paso importante que podría poner fin a la violencia y el derramamiento de sangre”.
Pero la clave será cómo implementarlo, agregó.
No sería la primera vez que el régimen sirio acepta un plan árabe y luego no lo cumple: en noviembre pasado, la falta de compromiso con el freno a la violencia y la liberación de los prisioneros obligó a la Liga Árabe a imponer duras sanciones contra Damasco.
Entre el optimismo y el esceptisismo
La oposición ha celebrado la noticia de manera oficial, pero en privado, según un corresponsal de la BBC en la región, la ven con escepticismo y creen muy difícil que Damasco cumpla con el compromiso.
Según la ONU, desde hace un año han muerto más de 8.000 personas a causa de los ataques del gobierno de Al Asad.
No está claro por qué al Asad optó por aceptar el plan ahora, pero -como apunta la corresponsal de la BBC en Ginebra, Imogen Foulkes- puede deberse a que uno de sus principales aliados, Rusia, ya ha apoyado el plan de Annan, y hay indicios de que China está a punto de hacer lo mismo.
El plan de Kofi Annan pide un cese el fuego supervisado por la ONU, el retiro de militares de las calles y una “pausa humanitaria” de dos horas todos los días, entre otras exigencias.
Sin embargo, no impone ningún plazo para Al Asad, ni lo insta a que deje el poder.
Los seis puntos de la propuesta:
- El gobierno se compromete a trabajar con Annan en un proceso inclusivo liderado por Siria para hacer frente a las legítimas aspiraciones y preocupaciones del pueblo sirio, y, con este fin, se compromete a nombrar a un interlocutor autorizado.
- Damasco se compromete a detener la lucha y lograr con urgencia un cese de la violencia armada en todas sus formas y por todas las partes involucradas para proteger a los civiles y estabilizar el país. El proceso sería supervisado por Naciones Unidas. Con este fin, el Gobierno de Siria debe cesar inmediatamente el movimiento de sus tropas y poner fin al uso de armas pesadas en los centros de población, y comenzar retirada de las concentraciones militares en los alrededores en los centros urbanos
- Se debe asegurar la provisión oportuna de asistencia humanitaria a todas las zonas afectadas por los combates, y con este fin, como medidas inmediatas, aceptar y poner en práctica un programa diario de dos horas de “pausa humanitaria”.
- Intensificar el ritmo y la escala de la liberación de personas detenidas arbitrariamente, especialmente las personas vulnerables, y aquellos detenidos involucradas en actividades políticas pacíficas. Además el plan insta a dar “sin demora” una lista de todos los lugares en los que dichas personas están siendo detenidas.
- Garantizar la libertad de circulación para los periodistas en todo el país e implementar una política de visados que no los discrimine.
- Respetar la libertad de asociación y el derecho a manifestarse pacíficamente.
Kofi Annan ya ganó en 2001 un Premio Nobel de la Paz. Y, como apunta el corresponsal en Medio Oriente de la BBC Jim Muir, si es capaz de lograr una solución pacífica al baño de sangre sirio, sin duda se merecerá otro.