Siete personas murieron en el medio del caos y la presión de la multitud en las afueras del aeropuerto de Kabul, informó el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.
Sur Florida / AP
Los sucesos ocurren en medio de advertencias sobre posibles amenazas del grupo Estado Islámico a ciudadanos estadounidenses en Afganistán. Las amenazas han obligado a los militares a idear nuevas maneras de transportar a los evacuados al aeropuerto de Kabul, informó el sábado una fuente oficial.
A la gente que ha pedido salir de Afganistán se le está dando instrucciones precisas, inclusive diciéndoles que vayan a puntos de encuentro donde serán recogidos y llevados al aeropuerto, indicó la fuente, que pidió permanecer anónima.
Los cambios ocurren poco después de que la embajada estadounidense en Kabul le instruyó a los ciudadanos de su país a abstenerse de ir directamente al aeropuerto a menos que hayan recibido instrucciones específicas de algún funcionario del gobierno norteamericano. Las fuentes no dieron detalles de las amenazas presentadas por el EI pero aseguraron que eran creíbles. Hasta ahora no ha habido ataques, apuntaron.
Se está agotando el tiempo antes del plazo de 31 de agosto fijado por el gobierno de Joe Biden para retirar a las fuerzas estadounidenses. En comentarios el viernes, Biden no dio indicio alguno de postergar la fecha, aunque sí prometió evacuar no sólo a los estadounidenses allí sino también a los miles de afganos que cooperaron con la presencia militar norteamericana allí. Ello implicaría una ampliación considerable del operativo de evacuación.
Biden está siendo criticado por el carácter caótico de la retirada estadounidense y por los ocasionales hechos de violencia en las afueras del aeropuerto de Kabul, y en medio de desesperadas súplicas de afganos que temen la venganza de los talibanes y ansían salir del país.
El EI ha estado activo en Afganistán desde hace años y ha perpetrado espeluznantes ataques, mayormente contra la minoría chií. Tanto Estados Unidos como el Talibán han lanzado operativos contra el EI a lo largo de los años. Pero fuentes oficiales insisten en que células de la milicia radical perduran en Afganistán, y cunde el temor de que se recuperará con fuerza ahora que el Talibán ha regresado al poder.
Pese a la advertencia de la embajada norteamericana, persisten las multitudes afuera del aeropuerto de Kabul y su perímetro de barreras de concreto, sosteniendo documentos y en ocasiones, a niños asombrados.
Entretanto, el máximo líder político del Talibán llegó a Kabul para consultas sobre la formación del nuevo gobierno. La presencia del mulá Abdul Ghani Baradar, quien regresó a Kandahar días atrás procedente de Qatar, fue confirmada por un funcionario talibán que pidió no ser identificado. Baradar fue el que negoció el acuerdo de paz con Esztados Unidos en el 2020 y ahora se asoma como figura clave en las consultas entre el Talibán y el gobierno afgano recién derrocado.
Fuentes talibanes enteradas del diálogo en la capital han dicho que el Talibán no hará anuncio alguno sobre la formación del nuevo gobierno hasta después del 31 de agosto, la fecha límite para que Estados Unidos concluya su retirada.
