El Senador de la Florida, Rick Scott, está patrocinando una legislación federal que requeriría que los nuevos vehículos de EE. UU. tengan dispositivos para la detección de alcohol que detengan a los conductores ebrios antes de que salgan a la carretera.
La Ley de Reducir la Conducción de Personas Discapacitadas para Todos, o la Ley RIDE, proporcionaría fondos adicionales para la investigación y las pruebas en carretera de los sistemas de detección de alcohol en el conductor. La industria automotriz tendría hasta el 2024 para implementar esta tecnología en sus modelos nuevos.
La legislación también propone dar $ 25 millones para que el gobierno federal instale estos dispositivos en su flota de vehículos para el año 2021.
Conducir en estado de ebriedad es la principal causa de muerte en las carreteras de Estados Unidos. En Florida, hubo 841 muertes por conducir ebrio en 2017, lo que representa el 26% de las muertes de tráfico como resultado de conducir ebrio.
Según Scott, la tecnología de seguridad en los vehículos de motor podría eliminar los DUI y salvar más de 7,000 vidas por año.
En EE. UU, cerca de 11.000 personas murieron como resultado de conductores en estado de embriaguez en 2017, dice la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico de Carreteras (NHTSA). En promedio, equivale a una muerte cada 48 minutos.
“Un cambio radical”
“Esta tecnología va a causar un cambio radical en la lucha para detener las tragedias innecesarias causadas por conducir ebrio,” dijo Jany Martinez-Ward, una abogada de lesiones personales que representa a víctimas de accidentes de habla hispana.
Martínez-Ward representa a víctimas de estos accidentes y a las familias de conductores que fallecieron en la carretera.
“Es imposible medir el costo de perder a un hijo, una madre, un padre, o el sostén de la familia debido a la negligencia de un conductor ebrio. En nuestras oficinas, este drama se repite muy seguido, lamentablemente. Si bien nosotros le podemos asegurar grandes compensaciones a estas víctimas y a sus familias, el dinero no les devuelve la vida de aquellos seres queridos que han padecido debido a un conductor ebrio. La compensación tampoco les puede devolver la vitalidad y la vida activa que muchas víctimas solían gozar antes de ser heridos por conductores que manejaban bajo la influencia del alcohol”.