Hace más de una década, una mujer tomó las medidas de Daniel Todaro para hacerle un traje de Santa Claus. Debía usarlo mientras prestaba servicio como miembro de una orden mundial de servicio fraternal católico.
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Todaro dijo que lo usó por primera vez cuando un sacerdote del Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad en Miami se lo pidió. A lo largo de los años, fotógrafos y otros le ofrecieron trabajos para vestir el traje rojo, pero dijo que siempre se negó a hacerlo porque ese no era su propósito.
“Es un traje de siete piezas. Es realmente especial. Nunca lo he usado y nunca lo usaré para nada comercial ”, dijo Todaro en español. “No me fue confiado para eso. Es compartir el espíritu navideño con quienes lo necesitan ”.
Todaro, de 51 años, asumió que no usaría el traje este año debido a la pandemia de coronavirus. Pero Dios tenía otros planes, dijo.
Takira Brown , de 21 años, fundó su organización sin fines de lucro, Strong Survivor , a principios de este año con la visión de ayudar a apoyar a los niños en hogares de crianza como lo fue antes. Ella dijo que la terapia para lidiar con su experiencia de abuso y negligencia, y la muerte de su hermano adolescente la llevó al esfuerzo.
Brown había recolectado cartas para Santa de unos 15 niños y planeó una salida de película “Polar Express” en los Cines ShowBizy una actividad de entrega de regalos al aire libre en Homestead. Pero los temores de un nuevo aumento de casos de coronavirus dieron lugar a cancelaciones.
Brown recibió muchos juguetes de donantes locales. Pero incluso Santa Claus, un oficial de policía del Departamento de Policía de Homestead, no pudo ayudar con la actividad de entrega de regalos y estaba buscando un reemplazo.
“Perdí un poco de esperanza … No nos dimos por vencidos … Llevamos volantes a un vecindario en Homestead donde hay mucha necesidad”, dijo Brown.
Pensó que tal vez si les ofrecían a los niños un transporte seguro, los tutores no se sentirían en peligro. Un voluntario le dio una lista de compañías de transporte para que pudiera comenzar a llamar en frío para pedir ayuda.
