La salud del expresidente argentino y actual senador Carlos Menem se agravó en las últimas horas mientras permanece hospitalizado en una clínica de Buenos Aires por una infección urinaria.
Sur Florida / EFE
“Papá está luchándola, estamos acompañándolo”, dijo su hija Zulema Menem en un mensaje publicado el viernes en Twitter. “Somos creyentes y nos encomendamos a Dios Todopoderoso”.
Menem, de 90 años y quien gobernó durante dos periodos consecutivos entre 1989 y 1999, fue ingresado en el sanatorio Los Arcos el martes por la noche. Es la tercera vez que debe ser hospitalizado este año por problemas de salud.
El exmandatario peronista padece diabetes y tiene problemas en los riñones.
La clínica Los Arcos no ha suministrado por el momento un parte médico sobre la salud del exgobernante.
En junio pasado, el senador por su natal provincia de La Rioja había sido ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Instituto Argentino del Diagnóstico, en la capital argentina, por un cuadro de neumonía, del que finalmente se recuperó.
A fines de julio, Carlos Menem también estuvo internado en el sanatorio Los Arcos, de Buenos Aires, donde se realizó varios estudios.
De orígenes sirios, Menem, abogado de profesión, se inició en política en su juventud, marcado por la estela del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón, y en 1973 fue elegido gobernador de La Rioja, su provincia natal, hasta que en 1976, tras el último golpe militar, fue encarcelado durante cinco años.
En 1983, con el retorno de la democracia y el triunfo de Raúl Alfonsín, Menem ganó de nuevo los comicios en La Rioja y fue reelegido en 1987.
Junto a Eduardo Duhalde, su candidato a vicepresidente, venció en las presidenciales de 1989 en un complicado contexto económico y social que había llevado a Alfonsín a adelantar varios meses los comicios.
Durante su gestión, en la que firmó polémicos indultos a favor de las juntas militares de la última dictadura (1976-1983) y de líderes guerrilleros, la economía registró profundas transformaciones, con una gran apertura comercial y un intenso proceso de privatizaciones de empresas públicas, lo que le ha valido, con el paso de los años, fuertes críticas por parte de correligionarios y adversarios.