Vestidos pegados al cuerpo, expuestos por modelos en altas zapatillas de tacón, fueron la pieza fuerte de la colección. En negro, color fetiche del estilista, azul eléctrico o malva, con impresiones de flores “sacadas de los archivos y más agresivas que nunca”.
Sur Florida / diariolasamericas
Los sacos y blazers clásicos con hombros fuertes parecieron significar “la disolución de los géneros”. Son llevados con pantalones estrechos o sobre piernas desnudas.
“Esta colección es un deseo de emancipación, para retomar el hilo conductor de una seducción subversiva, palabra esencial que a veces se calla”, subrayó Anthony Vaccarello en el escrito referente al desfile.
Saint laurent volvió a la Fashionweek parisina tras haber sido la primera marca en dejarla por la crisis del COVID, frente a una Torre Eiffel que parpadeaba ante un muro de proyectores.
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El desfile se tardó un poco porque se esperaba la llegada de la actriz Catherine Deneuve, pero el director artístico de la casa, Anthony Vaccarello, hizo un espectacular retorno de glamour al calendario oficial.
Aclamados por muchos presentes reunidos en la fuente de Trocadero, Carla Bruni-Sarkozy, Charlotte Gainsbourg, Rossy de Palma y Catherine Deneuve se colocaron en primera fila de este desfile realizado en el exterior, lo que facilitó a los asistentes no llevar mascarilla.
Novedad del lado de la silueta: vestidos muy largos, blancos, negros o rojos con hombros pronunciados. “Largos, muy largos, pues mostrarse hoy es un arte”, subrayó el estilista.
Los guantes de colores vivos rojo o azul dieron fuerza a las prendas junto a grandes joyas doradas.