Las autoridades rusas agregaron el lunes a Pyotr Verzilov, un reconocido miembro del grupo de protesta Pussy Riot, a la lista de personas buscadas del gobierno, lo que representa la medida más reciente para aumentar la presión sobre activistas de la oposición y la prensa independiente.
Sur Florida / apnews
Verzilov, editor del sitio de noticias independiente Mediazona, fue catalogado en septiembre como “agente extranjero” junto con el medio y su editor en jefe Sergei Smirnov.
La designación sucedió bajo un escrutinio adicional del gobierno y conlleva serias connotaciones peyorativas que pueden desacreditar al receptor.
Su nombre fue incluido en la lista de personas buscadas del Ministerio del Interior de Rusia por no reportar su ciudadanía canadiense a las autoridades, según su abogado Leonid Solovyov.
Solovyov enfatizó que Verzilov no se enfrenta al encarcelamiento por su ofensa y, en caso de ser condenado, podrían exigirle pagar una multa o hacer servicio comunitario, reportó la agencia de noticias oficial Tass.
Desde el 2014, los rusos que no reportan su segunda ciudadanía podrían enfrentarse a una multa de hasta 200.000 rublos (2.770 dólares) o hasta 40 horas de servicio comunitario.
En meses recientes, el gobierno ha catalogado como “agentes extranjeros” a una serie de medios independientes y periodistas, y ha registrado las casas de varios reporteros reconocidos. El editor de uno de los medios que publicó reportes investigativos sobre presuntos actos de corrupción y abusos de altos funcionarios rusos y magnates allegados a Putin fue ilegalizado como organización indeseada.
Otras dos agencias de noticias cerraron después de que autoridades las acusaran de vínculos con organizaciones “indeseadas”.
Grupos defensores de derechos humanos en Rusia se han enfrentado a presiones similares y, al menos dos, se han disuelto en meses recientes para evitar futuras medidas severas.
Verzilov atrajo atención mundial en 2018 cuando él y tres activistas más de Pussy Riot corrieron en un campo de futbol en la final de la Copa Mundial en Moscú para protestar por la brutalidad policial, una acción por el cual sirvieron 15 días en prisión.