Otra muestra de la pluralidad del deporte está a punto de sucederse. Robert Saleh, coordinador defensivo de los 49ers, será el próximo head coach, entrenador principal, de los New York Jets, convirtiéndose así en el primer musulmán de la historia de la NFL que lidera en el campo una de las franquicias.
Sur Florida/Marca
Saleh se convertirá en el tercer árabe que dirige un equipo, tras haberlo hecho Abe Gibron (Chicago Bears) y Rich Kotite (Philadelphia Eagles), pero será el primero que profesa la religión de Mahoma. De ascendencia libanesa, Saleh, 41 años, tendrá que sacar del letargo a un club que sólo ha ganado una Super Bowl (1968) y que esta temporada sólo sumó dos victorias en la Liga Regular. El equipo neoyorquino se ha pasado una década entera sin entrar en playoffs.
Los Jets convencieron al final a un técnico con 16 años de experiencia en la NFL, que se había entrevistado también con las franquicias de Detroit, Atlanta, Jacksonville y Los Ángeles Chargers. Circunstancialmente, fue después del ataque terrorista a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, cuando Saleh decidió perseguir su sueño de la NFL. Su hermano David había estado en la Torre Sur, escapando antes de que se derrumbase. En ese momento, Saleh decidió que la vida era demasiado corta para no darse una oportunidad al entrenador. En 2019 fue el primer entrenador defensivo musulmán que alcanzaba la Super Bowl.
El motivo de que sea un entrenador tan cotizado también está impulsado por la llamada regla Rooney, en honor al ex propietario de Pittsburgh que la implantó, por la que es obligatorio entrevistar para el puesto de head coach a dos entrenadores procedentes de minorías ya que en la NFL no se puede nombrar entrenadores a dedo sino que han de someterse a un proceso de selección. Además, a raíz del movimiento de Black Lives Matter, se ha ampliado al puesto de General Manager, tras las denuncias de que ningún alto directivo era de una raza distinta a la caucásica.