El Restaurante Zalacaín está situado en las proximidades de la Castellana a la altura de la plaza Gregorio Marañón. Fue fundado hace 33 años por los dueños de Príncipe de Viana (Chelo Apalategui y Jesús Oyarbide) y durante mucho tiempo esta elegante y señorial casa ha sido líder indiscutible de la restauración madrileña. Zalacaín coge su nombre del conocido aventurero de Pío Baroja, debido a la devoción de Oyarbide hacia Baroja.
El restaurante Zalacaín bien podría decirse que lo tiene todo. Cualquier detalle raya en el perfeccionismo más absoluto. Desde el diseño exclusivo de su cristalería o la cubertería de plata meneses. Por no hablar de un servicio con 15 cocineros, 20 camareros y maitres de hotel… En sus mesas se sientan las más altas autoridades del estado, gobierno, empresas… Todo un despliegue de servicio y perfeccionismo al servicio del cliente más exigente. Sus tres salas contiguas de color salmón o sus cuatro salones privados ostentan el mayor lujo y exquisitez.
Difícilmente se puede conseguir una materia prima y selección de productos tan rigurosa y excelsa. La cocina de Zalacaín de la filosofía de Benjamín Urdiain -jubilado recientemente- también es algo muy especial. Pese a no hacer ejercicios acrobáticos de texturas y propuestas innovadoras hoy en boga, la solidez y ejecución de los platos es sencillamente impecable y la consecución de sabores se acerca a lo sublime. De hecho también se va incorporando, sin estridencias una línea más actual.
En la sala, José Jiménez Blas cuida el estilo impecable y perfeccionista de Zalacaín . A su lado Custodio López Zamarra es uno de los más prestigiosos sumilleres de España administrando una impresionante bodega con unas 1.200 referencias de vinos en la carta.
Zalacaín posee una estrella Michelín -llegó a ser el primer restaurante español con tres-. Su estilo quizás no congenia con los criterios de evaluación de la Guía. Pero hay quienes piensan, que Zalacaín siendo igual de grande.
