El desierto de Arizona es una trampa mortal “que no perdona” y, a pesar del coronavirus y las altas temperaturas, los inmigrantes indocumentados siguen cruzando por zonas apartadas de la frontera, lo que ha llevado a que el número de rescates de migrantes por parte de agentes fronterizos ya haya superado las cifras de todo el año fiscal pasado.
Sur Florida/El Diario
Durante el presente año fiscal 2020, que concluye el próximo 30 de septiembre, la Patrulla Fronteriza Sector Tucson reporta ya más de un millar de rescates, muy por arriba de los 900 reportados en total durante el año fiscal 2019 en este sector que cubre el 90 % de la frontera de Arizona.
“En las últimas semanas hemos tenido múltiples llamadas al servicio de emergencia del 911 de migrantes pidiendo auxilio, otros activaron las torres de emergencia para pedir ayuda”, explicó Daniel Hernández, vocero de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson.
Solamente en los primeros dos fines de semana de agosto los agentes fronterizos reportaron más de 30 rescates de migrantes indocumentados en múltiples operativos.
Decenas mueren en el intento
Pero otros muchos no tienen la suerte de poder avisar a tiempo a las autoridades.
De acuerdo a cifras de grupos humanitarios, en lo que va de año natural se han recuperado ya 96 cuerpos de inmigrantes indocumentados en el desierto de Arizona, y en el 2019 se encontraron 153 restos humanos.
La mayoría de los rescatados en estas últimas semanas han sido hombres originarios de México que viajan solos, aunque también se han encontrado algunos nacionales de Guatemala y Honduras.
Los migrantes rescatados cuentan la misma “vieja” historia, pero que para desgracia de muchos todavía se mantiene: la promesa que les hacen los traficantes de humanos de que solo caminaran por unas “cuantas horas” por el desierto para llegar a una ciudad.
“Al momento de hacer el trato les prometen un viaje corto y fácil, pero nadie se imaginaba que iban a pasar hasta una semana caminando por el desierto”, relató el agente fronterizo.
A ello hay que sumar que los migrantes que comienzan a sentirse mal o se lastiman durante su travesía por el desierto, son abandonados a su suerte por los traficantes cuando estos todavía les acompañan.
Salud al límite
Habitualmente, los migrantes rescatados reciben tratamiento por deshidratación, pero también por lo que los agentes con entrenamiento médico describen como “ataque de calor”.
Al subir peligrosamente la temperatura en el cuerpo, los órganos internos comienzan a dejar de funcionar poniendo en riesgo de muerte a las personas.
Los traficantes también utilizan otras peligrosas tácticas para que los inmigrantes indocumentados crucen la frontera, como es el de, literalmente, apilarlos unos sobre otros en cajuelas de autos para pasar los retenes establecidos por la Patrulla Fronteriza.
“Si la temperatura ambiente es de 100 grados Fahrenheit (37 grados centígrados), fácilmente dentro de un auto la temperatura sube a 125 grados Fahrenheit (51 centígrados), sin contar con que existe la posibilidad de que se contagien de COVID-19 por estar tan cerca uno del otro y respirando el mismo aire”, dijo Hernández.
El agente fronterizo advirtió que el desierto de Arizona es un lugar muy peligroso y que “no perdona”, por eso los migrantes no deben dudar en pedir ayuda y no esperar hasta el último momento, cuando ya no tienen agua o cuando les queda muy poca batería en el celular.
El desierto es un lugar inmenso y los agentes fronterizos pueden tardar varias horas en llegar.
El Sector de Yuma de la Patrulla Fronteriza, el cual cubre también parte del desierto de Arizona, ha reportado también un aumento en el número de rescates de migrantes.
El año fiscal pasado reportaron 64 rescates, mientras que actualmente ya han superado los 80 rescates durante el presente año fiscal, a falta de más de un mes para su conclusión.
También más detenidos
El incremento en el número de rescates coincide también con el aumento en las detenciones de migrantes en la frontera.
De acuerdo a las cifras oficiales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el pasado mes de julio se reportaron un total de 40,746 detenciones a lo largo de la frontera con México, superior a las 32,935 detenciones reportadas en junio y las 23,197 de mayo.
Para defensores de los inmigrantes como Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos de Humanos de Arizona, no es ninguna sorpresa el aumento en el número de rescates de inmigrantes en el desierto de Arizona.
García está convencida que es una consecuencia más de las duras políticas de la Administración del presidente Donald Trump, ya que al negar a los migrantes la posibilidad de solicitar asilo, el último recurso que muchos es arriesgarlo “todo” y cruzar el desierto.
“Otros quizás ya fueron deportados y están tratando de regresar con sus familias”, dijo la activista.