Greg Clarke presentó el jueves su renuncia como vicepresidente de la FIFA luego de una fuerte presión del organismo rector del fútbol mundial para que dimitiera a su cargo por hacer comentarios discriminatorios.
Sur Florida / AP
El funcionario inglés de 63 años planeaba mantener su puesto de 250.000 dólares anuales en la FIFA por algunos meses más pese a ser obligado a renunciar como presidente de la Asociación de Fútbol de Inglaterra (FA) el martes pocas horas después de hacer comentarios duramente criticados respecto a raza, sexualidad y género durante una audiencia ante el Parlamento británico.
Ante las preguntas que se le hicieron en el Parlamento británico, Clarke hizo referencia a “futbolistas de color”, afirmó que la gente del sur de Asia tiene “intereses profesionales distintos” a los de sólo jugar al fútbol, indicó que ser homosexual era una “decisión de vida” y sugirió que a las mujeres no les gusta que alguien patee el balón de fútbol hacia donde se encuentran.
La FIFA exhortó públicamente a Clarke a considerar su salida voluntaria del Consejo el miércoles.Clarke indicó que deseaba proteger los intereses del voto europeo al permanecer en el Consejo hasta que pudiera ser reemplazado como vicepresidente de la FIFA por Inglaterra en una votación del Congreso de la UEFA el próximo año.
Pero Clarke se dio cuenta que tendría que adelantar su renuncia luego de conversar con el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, quien también es vicepresidente de la FIFA.
“Después de una conversación telefónica esta mañana entre el presidente de la UEFA y Greg Clarke, ambos aceptaron la propuesta de Greg Clarke de que debería renunciar con efecto inmediato a su puesto como un representante de la UEFA en el Consejo de la FIFA”, informó la UEFA en un comunicado.
Clarke puede ser reemplazado temporalmente en el Consejo de la FIFA por alguien designado por el comité ejecutivo de la UEFA. Sin embargo, para que su sucesor ocupe la vacante en la vicepresidencia de la FIFA, deberá realizarse una votación de los representantes de todas las naciones europeas en un Congreso de la UEFA con el requisito de candidaturas presentadas tres meses por adelantado.
Sólo los presidentes o vicepresidentes de las federaciones de fútbol de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte pueden ser elegibles al puesto.