Una reforma monetaria en Cuba incrementará desde el viernes los precios y salarios estatales, lo que está generando incertidumbre en la economía de estilo soviético a medida que se retoman los cambios orientados al mercado. La reforma, anunciada a principios de este mes por el presidente Miguel Díaz-Canel, eliminará un complejo sistema de dos monedas y de tipos de cambio múltiples del país que cubre una serie de subsidios gubernamentales, fijando una tasa única de 1 dólar por 24 pesos.
surflorida/Reuters
Para reflejar la fuerte devaluación resultante y la reducción de subsidios, Cuba está elevando los precios de bienes y servicios desde el transporte hasta la electricidad. Además, quintuplicará pensiones y salarios en el sector estatal, que comprende a unos dos tercios de la población activa.
Las medidas, que aceleran la transición del modelo paternalista del fallecido líder revolucionario Fidel Castro, traerá más transparencia a la economía, lo que debería ayudarla a aumentar progresivamente su competitividad, según economistas, aunque sólo si se combinan con otras reformas.
Sin embargo, el impacto inmediato continúa siendo un enigma preocupante para muchos cubanos que ya luchan por salir adelante en medio de la peor depresión del país en décadas, que ha estimulado una dolarización parcial de una economía dependiente de las importaciones y que tiene problemas de liquidez.
Las filas fuera de las tiendas por la escasez de productos básicos han crecido pues algunos cubanos se apresuran a comprar lo que puedan antes de que las medidas se pongan en marcha, mientras el valor del dólar en el mercado negro aumenta y los bancos siguen abrumados con las consultas.
Empresas privadas e inversores extranjeros se esfuerzan por medir el impacto en sus operaciones para ir ajustando los precios y los salarios.
“Se está complicando esto, así que estoy comprando lo que puedo”, dijo Sulema Sotto Rojas, de 57 años, que trabaja en la limpieza de una empresa estatal, luego de levantarse a las cuatro de la mañana para hacer fila y comprar pollo.
Si bien podría salir beneficiada con la reforma monetaria, su empresa aún no ha confirmado su nuevo salario, mientras el Gobierno ha estado ajustando a última hora algunas tarifas de electricidad y gas.
PREOCUPACIÓN POR LOS PRECIOS
La reforma es parte de una serie de medidas que el líder del Partido Comunista, Raúl Castro, anunció hace una década para hacer que la economía local se valga por sí misma, tras medio siglo de depender primero de la ayuda soviética y luego de la venezolana debido la ineficiencia interna y un embargo comercial de Estados Unidos.
El Gobierno había detenido e incluso retrocedido en algunas reformas debido a la oposición de intereses burocráticos, pero una nueva generación de líderes encabezados por Díaz-Canel ha optado por reanudarlas en medio de la crisis actual.
Eso significa, sin embargo, que se infligirá más dolor a corto plazo en una economía que ya se contrajo un 11% este año a raíz de la pandemia de coronavirus y sanciones estadounidenses más estrictas.
Muchas empresas estatales que trabajan con un tipo de cambio de un peso por dólar probablemente no podrán sobrevivir al nuevo tipo de cambio de 24 a uno.
El Gobierno sostiene que les dará un año para ser competitivas, al subsidiarlas, aunque podría resultar muy poco, especialmente dada la débil economía mundial y la falta de capital de Cuba para mejorar su frágil infraestructura.
“Si el Gobierno hubiera hecho reformas estructurales para impulsar primero el sector agrícola y empresarial, la economía estaría en mejores condiciones para enfrentar esto”, dijo Ricardo Torres, del estatal Centro de Estudios de la Economía Cubana.
El economista cubano Pedro Monreal dijo que un aumento de la demanda por bienes y servicios impulsado por los salarios en ausencia de un incremento de la oferta provocará inflación y más dificultades en una economía con un mercado negro floreciente.
“La subida de precios, evidentemente, va a generar inflación y esto es un purgante que hay que tomarse y analizar en que te benefician o perjudican”, dijo el ingeniero Mauricio Alonso, quien renta habitaciones en su apartamento en La Habana.
Quienes tienen ahorros en moneda local o quienes trabajan en el sector no estatal corren el riesgo de sufrir pérdidas.
El Gobierno ha establecido límites a los precios de productos agrícolas y dijo que el incipiente sector privado no puede aumentar los precios más de tres veces. Cualquier precio por encima se considera “abusivo” y los infractores están sujetos a multas.
Varios propietarios de negocios dijeron a Reuters que necesitarían tiempo para medir el impacto compensatorio de reformas recientes más pequeñas, como importar y exportar mediante empresas estatales y compensar sus costos con los impuestos.
“Hay muchos desafíos al mismo tiempo”, dijo Liber Puente, propietario de una empresa privada de tecnología, quien contrató un estratega financiero para que lo asista en el tema. “Habrá unos seis meses de incertidumbre”, dijo.
Una incógnita que preocupa a los cubanos es el valor del dólar en el mercado negro, pues muchos productos incluso básicos ahora sólo se pueden encontrar en las tiendas de nuevos dólares o en moneda fuerte en el mercado informal abastecido por “mulas” del exterior.
La tasa del dólar en el mercado negro se ha apreciado a alrededor de 1,5 veces la oficial este año, dado que el dólar se ha vuelto prácticamente casi imposible de adquirir a través de instituciones financieras estatales.
“Los precios ya están subiendo en todas partes y no por la reforma monetaria, sino por la falta de dólares”, dijo Maykel Suárez, propietaria de un taller de telefonía celular.
El Gobierno sostiene que las controvertidas tiendas en dólares son una solución temporal a la escasez de efectivo. Se espera que el presidente estadounidense electo, Joe Biden, flexibilice algunas sanciones vigentes contra Cuba, y que el turismo y el comercio se recuperen ligeramente en 2021.
La Habana también ha jugado con algunas otras reformas menores durante el año pasado, incluida la posibilidad de que las empresas retengan una mayor parte de sus ingresos de exportación en lugar de depender de la asignación centralizada de divisas.
Economistas esperan, en cambio, que se promulguen reformas estructurales de mayor alcance como la legalización de las pequeñas y medianas empresas, y la liberalización del sector agrícola.
“Solo espero que las medidas que se deben tomar en paralelo a esta (reforma monetaria) para aumentar la producción y los servicios, sean aprobadas en un corto período de tiempo”, dijo a Reuters el economista cubano Omar Everleny.