El presidente de Rusia, Vladimir Putin, instó el jueves a Occidente a actuar deprisa para cumplir las demandas de Rusia de ofrecer garantías de seguridad que impidan la expansión de la OTAN a Ucrania y el despliegue de armas de la alianza militar en el país.
Sur Florida / AP
Durante una larga conferencia de prensa anual, el mandatario ruso celebró los planes de entablar conversaciones con Estados Unidos en Ginebra el mes que viene, pero advirtió que la conversación se centraría en las demandas de Moscú de producir resultados rápidos.
“Queremos garantizar nuestra seguridad”, dijo Putin. “Lo dejamos claro: no debe haber más expansión de la OTAN hacia el este”.
Moscú presentó la semana pasada borradores de documentos de seguridad exigiendo que la OTAN niegue la membresía a Ucrania y otros países de la antigua Unión Soviética y dé marcha atrás en los despliegues militares de la alianza en el centro y este de Europa.
Un principio clave de la alianza de la OTAN es que la membresía está abierta a cualquier país que cumpla los requisitos. Estados Unidos y sus aliados han dicho que no ofrecerán a Rusia la clase de garantía sobre Ucrania que reclama Putin. Las autoridades estadounidenses estaban consultando con sus aliados europeos antes de las conversaciones de Ginebra.
Moscú hizo sus exigencias en medio de crecientes tensiones por el despliegue de tropas rusas cerca de Ucrania, que ha avivado el temor a una posible invasión. El presidente de Estados Unidos, Joe Bien, advirtió a Putin en una videoconferencia este mes que Rusia enfrentaría “graves consecuencias” si ataca Ucrania.
En su conferencia anual, Putin acusó a Occidente de intentar hacer a Ucrania “antirrusa, constantemente atiborrada de armas modernas y lavar el cerebro a la población”.
Rusia, afirmó, no puede vivir anticipando constantemente las amenazas de seguridad planteadas por el posible despliegue de armas occidentales en Ucrania.
Las armas occidentales, afirmó, podrían animar a los más beligerantes en Ucrania a intentar retomar por la fuerza el control de regiones separatistas con apoyo ruso e incluso intentar recuperar Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.
Putin negó tener planes de lanzar un ataque, pero ha descrito una expansión de la OTAN y el despliegue de armas en Ucrania como una “línea roja”.
Rusia se anexionó la Península ucraniana de Crimea en 2014 y poco después expresó su apoyo a una rebelión separatista en el este del país. Los combates, que comenzaron hace más de siete años, han dejado 14.000 muertos y devastado el corazón industrial de Ucrania, conocido como el Donbás.