“El Puerto de Miami está abierto”, es la frase que Daniella Levine Cava, alcaldesa de Miami-Dade, desea que sea escuchada en todo el mundo, mientras que las principales dársenas de EEUU continúen congestionadas por los siguientes seis meses.
Sur Florida / Diario las Américas
El cuello de botella logístico que abarrota a los puertos de California, donde más de 60 barcos esperan varias semanas para ser atendidos, se ve como una oportunidad para la rada de Miami, lista para hacer llegar las cargas por ferrocarril al 70% del territorio de EEUU.
Miami no solo es la capital mundial de los cruceros, su puerto de carga es el noveno en importancia en EEUU y en él se han hecho grandes inversiones que permiten ofrecer servicios rápidos, flexibles y seguros. Cuenta con modernas grúas Super post-Panamax y ha sido dragado a una profundidad de 48 pies para poder acoger a los mayores buques portacontenedores que atraviesan el Canal de Panamá.
Después de las mejoras, el Puerto de Miami ha recibido más de 400 embarcaciones tipo post Panamax.
Los expertos sitúan el origen la crisis en el aumento de la demanda de los estadounidenses, al concentrar sus compras en productos para el hogar, una vez que no podían gastar dinero en entretenimiento durante la pandemia. Dicho aumento en el consumo atascó el sistema de transporte de mercancías y materias primas a las fábricas que las necesitaban. Los barcos cargados se multiplican en las aguas cercanas a los puertos, donde, a su vez, se amontonan los contenedores. Los camiones no saben dónde cargar o descargar y los almacenes no pueden recibir mercancías ni despacharlas.
“El movimiento de carga es fundamental para sostener la actividad económica y mantener las demandas de la comunidad. Muchos empleos locales se benefician del comercio del Puerto”, afirmó a DIARIO LAS AMERICAS, la alcaldesa Levine-Cava, impulsora de la iniciativa Open.
“Estamos llevando a cabo una gran campaña y hablando con los diferentes directores de puertos. Queremos comunicar a todo el mundo que en el condado de Miami-Dade estamos listos y somos capaces de apoyar a la economía de los EEUU. Estamos abiertos”.
El propio Mario Cordero, director ejecutivo del puerto californiano de Long Beach, el pasado lunes 6 de diciembre reconoció a un medio que a pesar de los grandes esfuerzos que están haciendo para despejar las instalaciones portuarias, tomará al menos medio año controlar la crisis en la cadena de suministros. “Muchos dicen que durará un año, yo creo que en seis meses podemos volver a la normalidad”, apuntó.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal coincidió con Cordero al considerar que “los problemas en la cadena de suministros persistirán hasta bien entrado el próximo año”.
Open, una mano tendida
“Yo soy la colaboradora en jefe. Con la iniciativa OPEN queremos extender una mano a los otros puertos para aliviar esta crisis de los suministros”, expresó la alcaldesa, quien considera que muchas navieras podrían enviar sus cargas por el sur de Florida.
El temor de Levine-Cava es que la crisis en la cadena de suministro “no solamente afecta a los puertos del Pacífico y las economías locales de estos territorios, afecta a la economía nacional, a los pequeños negocios que dependen de las importaciones y exportaciones. Por ello, es clave que todos colaboremos”.
La primera mujer en ocupar el máximo cargo ejecutivo en la historia del condado Miami-Dade reconoció que uno de los objetivos de su viaje a Washington DC es hablar sobre infraestructura y “conversar con representantes del Departamento de Transporte sobre la capacidad que tenemos para colaborar en la presente crisis”.
Puerto de Miami
El Puerto de Miami mantiene el flujo de carga durante las 24 horas del día, al trabajar en estrecha colaboración con los diferentes socios de la industria, las empresas de transporte, los camioneros y los operadores de las tres terminales: Port of Miami Terminal Operating Company, Seaboard Marine y South Florida Container Terminal of Miami.
Miami Port, que contribuye con algo más de 300.000 puestos de trabajo y mueve aproximadamente 10 millones de toneladas de carga y algo más de un millón de contenedores de 20 pies, puede aumentar su capacidad un 30% y de esa forma colaborar en la solución de la actual crisis.
El pasado mes de octubre, esta instalación portuaria procesó 107.088 contenedores, equivalentes a veinte pies (TEU), un aumento del 1.5 % en comparación con los 105.573 TEU trasladados en igual período el año pasado. Fue el mes más activo en la historia del puerto.
La alcaldesa quiso dejar claro que la pieza clave en la operación OPEN son los trabajadores. “Sin ellos no podríamos adquirir el actual compromiso. Los sindicatos están listos y están trabajando a los niveles de antes de la pandemia. Gracias a ellos podemos decir: estamos abiertos”, concluyó.