El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que él y la primera dama, Melania Trump, dieron positivo al coronavirus, a apenas un mes de las elecciones presidenciales y luego de haber pasado gran parte del último año restando importancia a la amenaza del virus.
Sur Florida / AP
El positivo de Trump se dio a conocer unas horas después de que él mismo confirmase el de una de sus asesoras más cercanas, Hope Hicks, con quien viajó varias veces esta semana. Trump fue visto por última vez por reporteros regresando a la Casa Blanca el jueves por la noche y parecía gozar de buena salud. El mandatario tiene 74 años, lo que lo pone en un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por una enfermedad que ha matado ya a más de 205.000 personas en todo el país.
“Esta noche, @FLOTUS y yo dimos positivo por COVID-19. Comenzaremos nuestro proceso de cuarentena y recuperación inmediatamente. ¡Saldremos de esta JUNTOS!”, tuiteó Trump.
En un reporte, el médico del presidente dijo que tanto Trump como su esposa, de 50 años, “están bien en este momento” y “tienen previsto quedarse en su casa dentro de la Casa Blanca durante su convalecencia”.
“Tengan la seguridad de que espero que el presidente siga desempeñando sus funciones sin interrupciones mientras se recupera”, agregó.
El diagnóstico, a unas semanas de los comicios del 3 de noviembre, supone un importante revés para un presidente que ha tratado desesperadamente de convencer a la población estadounidense de que lo peor de la pandemia había pasado, aunque el número de infecciones supera los 7 millones y ha causado más de 205.000 fallecidos. Y se presenta como la amenaza a la salud pública más grave jamás enfrentada por un dirigente estadounidense en activo en la historia reciente.
La gestión de Trump durante la pandemia se ha convertido en un importante punto de fricción en su carrera contra el demócrata Joe Biden, quien pasó parte del verano alejado de la campaña electoral en su casa en Delaware. Ahora realiza algunos actos, aunque con pocos asistentes y guardando la distancia social. El exvicepresidente suele llevar mascarilla en público, algo de que Trump se burló en su debate del martes.
La campaña de Biden no se pronunció de inmediato sobre si el candidato demócrata se ha sometido a alguna prueba tras el debate, en el que compartió escenario con Trump, o si había adoptado algún protocolo de seguridad adicional.
Los síntomas del COVID-19, la enfermedad causada por el virus, pueden incluir fiebre, tos y problemas respiratorios. La mayoría de los contagiados desarrollan solo síntomas leves, pero otros, especialmente aquellos con complicaciones de salud, pueden sufrir síntomas más graves, incluyendo neumonía, que pueden ser letales.
Estaba previsto que Trump asistiese el viernes a un acto de recaudación de fondos en su hotel en Washington, D.C., y a un mítin en Sanford, Florida, por la noche. Pero poco después de la 01:00 del viernes, la Casa Blanca publicó una agenda revisada con un único acto: una llamada telefónica sobre “el apoyo a mayores vulnerables al COVID-19”.
La primera dama informó en un tuit de la demora de sus próximos compromisos. “Por favor, asegúrense de que están a salvo y superaremos esto junto”, escribió.
La noticia podría sacudir a un país ya agitado que sigue tratando de reactivarse con seguridad y evitando los repuntes. La Casa Blanca tiene acceso a recursos casi ilimitados, incluyendo un suministro constante de pruebas rápidas, y aún así no ha logrado mantener al presidente a salvo, generando dudas sobre como podrá el resto del país proteger a sus trabajadores, estudiantes y a la población mientras los negocios y escuelas reanudan su actividad.