Con la pandemia del coronavirus disparada a niveles de récord, Portugal va a las urnas este domingo para decidir quién va a ser su presidente los próximos cinco años. El actual mandatario del Palacio de Belém, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, es el máximo favorito y opta a la única reelección a la que puede presentarse, de acuerdo con la ley electoral portuguesa.
Sur Florida/ABC
En medio de la incertidumbre y la angustia provocadas por la virulencia del brote infeccioso, cada vez es mayor el número de portugueses que no se explica por qué ha seguido adelante la convocatoria de las elecciones. Mucho más cuando el país vecino se ha convertido en triste líder europeo en el número de muertes por cada millón de habitantes, pues su media de 18,24 ha superado los 18,1 del Reino Unido, mientras la República Checa alcanza los 14,9.
Con este panorama, no resulta nada extraño que la sombra de una abstención elevada sobrevuele la jornada electoral. Los primeros cálculos cifran entre un 60% y un 70% los niveles que podrían producirse… y no, no es una predicción basada en especulaciones sin fundamento. En cualquier caso, si la participación no rebasa el 51%, tendría que celebrarse una segunda vuelta dentro de 21 días, lo cual agravaría el problema sanitario porque en las mesas electorales apenas se cumple la distancia social recomendada.
En consecuencia, la polémica está servida en un contexto en el que se palpa el miedo a salir de casa para elegir entre Rebelo de Sousa y los demás candidatos, muy por detrás de él en la intención de voto: a saber, la socialista Ana Gomes, André Ventura como rostro visible de Chega (partido similar a Vox), el comunista Joao Ferreira, la radical Marisa Matias (del Bloco de Esquerda, equivalente a Unidas Podemos), el liberal Tiago Mayan o el excéntrico Tino de Rans, un exconcursante de «Gran Hermano» llamado, en realidad, Vitorino Silva.
El claro favoritismo de Marcelo, como llaman los portugueses al presidente en vigor, llevó al «Diario de Noticias» a titular a toda página hace solo unos días: «Reelegido». Una circunstancia que ha despertado la controversia en los círculos políticos de Lisboa porque las cosas no suceden hasta que suceden. Claro que igual no es ninguna casualidad, si tenemos en cuenta que la directora de este periódico, Rosalía Amorim, es la cónyuge de Luis Ferreira Lopes, el asesor tecnológico del propio Marcelo Rebelo de Sousa.
Superioridad intelectual
«Estas elecciones presidenciales se desarrollan en un momento muy difícil, pero no fue posible posponerlas por razones constitucionales. Lamentablemente, nuestra Constitución de la República no sólo mantiene preceptos completamente desactualizados y propios de un régimen posrevolucionario y socialista, sino que también tiene estas entropías», declara a ABC Francisco Almeida Leite, exsecretario de Estado de Asuntos Exteriores y Cooperación. Se trata de una de las voces políticas moderadas con más prestigio de Portugal y afirma desde su atalaya: «El claro vencedor será Rebelo de Sousa, quien, a pesar de haber hecho un mandato con cierta vinculación al Gobierno socialista, mantiene una imagen de gran simpatía entre la población».
En cuanto al catedrático lisboeta Antonio Nogueira Leite, subraya «la desorientación que reina en el país y entre los candidatos», aunque destaca la evidente superioridad intelectual del actual presidente, «apoyado por los principales líderes de las dos formaciones más importantes».
Por su parte, el comentarista político Nuno Gouveia completa el panorama enfatizando que Rebelo de Sousa ha conseguido «hacer política por encima de los dos grandes partidos, el socialista y el centro derecha del PSD».
Los favoritos
Rebelo de Sousa, en busca de un segundo mandato: A sus 72 años, Marcelo Rebelo de Sousa disfruta de una popularidad que bate récords en Portugal. Lleva desde 2016 en la presidencia de la República, un periodo en el que no ha dejado de mostrarse con toda naturalidad ante la población lusa. Además, no ha dudado en protagonizar un gesto muy apreciado por sus compatriotas: cuando sucede algo grave, ahí está él en el lugar de la noticia para comprobar de primera mano el alcance de los acontecimientos.
Este extertuliano televisivo es un autodidacta surgido de las filas conservadoras del PSD, hoy liderado por el errático Rui Rio, pero mantiene una excelente relación con el entorno socialista. Esa capacidad constituye otras de sus grandes habilidades. Intención de voto: 56,5%
Ana Gomez, especialista en polémicas: A punto de cumplir 67 años, Ana Gomes no ha dejado de estar perseguida por la polémica en los últimos tiempos. Pero lo más curioso es que ha sido dentro de su propio partido, pues esta europarlamentaria socialista ni siquiera ha reunido el consenso en el Largo do Rato (sede central del PS, a la entrada del Barrio Alto lisboeta).
Su beligerancia verbal le ha generado más de un problema, dando la nota respecto a la línea oficial encabezada por el primer ministro, Antonio Costa. Con todo, ha ido labrando su parcela en esta candidatura, mucho más desde que recibió un aluvión de muestras solidarias cuando su contrincante André Ventura (del partido Chega, cercano a Vox) la llamó «la candidata de los gitanos». Intención de voto: 16,5%