Las fuerzas de seguridad en Portland declararon el viernes que se estaba produciendo una congregación ilegal, después de que los manifestantes marcharan por las calles hasta un edificio de la policía que estaba rodeado de agentes.
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Unos pocos cientos de manifestantes se habían congregado en Kenton Park antes de llegar al edificio de la Asociación de Policía de Portland donde la policía advirtió a la gente que se mantuviera fuera de la calle y de la propiedad privada. Los que se negaran podrían verse sujetos a multas, detenciones y al empleo de gases lacrimógenos, agentes de control de multitudes o munición de impacto, según la policía.
En torno a la medianoche, la policía cargó calle abajo, expulsando a los manifestantes, derribando a gente y deteniendo a aquellos que, dijeron, no estaban cumpliendo órdenes. Algunas personas fueron reducidas en el piso durante su detención, y en el pavimento quedaron manchas de sangre.
Las manifestaciones en Portland, que comenzaron a finales de mayo después de que agentes de policía matara a George Floyd en Minneapolis, cumplen este fin de semana 100 días de protestas, marcadas por el vandalismo y la violencia.
La muerte de un partidario conservador de Donald Trump, Aaron “Jay” Danielson, baleado el pasado fin de semana después de llegar a la ciudad con una caravana de camionetas organizada por simpatizantes de Trump, ha agravado la tensión en una ciudad de mayoría progresista.
El principal sospechoso de la muerte de Danielson, Michael Forest Reinoehl, que se describía como antifascista, pero no miembro de Antifa, murió baleado el jueves por las fuerzas de seguridad.
Después de la muerte de Floyd se produjeron disturbios durante varias noches, que se fueron centrando en una corte federal. Eso llevó al presidente a enviar agendes federales para proteger el edificio en julio.
La presencia de agentes pretendía frenar las manifestaciones, pero en su lugar reforzó el movimiento Black Lives Matter.
Las fuerzas federales empezaron a retirarse el 31 de julio dentro de un acuerdo entre el Departamento de Seguridad Nacional y la gobernadora demócrata, Kate Brown. Pero ante la continuación y aumento de las protestas, las autoridades federales han vuelto a decir que podrían aumentar su presencia en la ciudad.