Las alarmas se dispararon el martes en Florida cuando las autoridades sanitarias comprobaron el primer caso de la variante ómicron del COVID en un hospital de Tampa. Pero podrían ser más, como de hecho se confirmó horas más tarde, debido a que solo se examinó el 4.5% de las pruebas positivas en busca de nuevas cepas.
Sur Florida / Diario las Américas
Las cifras oficiales indican que Florida, durante los últimos seis meses, bajó significativamente su índice de infecciones hasta situarse en el puesto 40 en el país en detección de mutaciones del coronavirus, de acuerdo con información suministrada por GISAID, la base de datos global utilizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Organización Mundial de la Salud, el Departamento de Salud de Florida y laboratorios públicos y privados.
Un hospital de Tampa reportó el martes el primer caso confirmado de ómicron en el estado, en un paciente que tenía síntomas leves y que recientemente había regresado de un viaje al extranjero.
Luego, otro caso de la variante descubierta en Sudáfrica también se habría detectado en la zona de St. Lucie. En horas de la noche del mismo martes el caso fue comprobado por las agencias de salud.
La epidemióloga Dadilia Garcés, profesora del Miami Dade College, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS que “estoy segura de que en toda la nación estaba circulando desde antes [la nueva cepa], incluyendo Florida”.
Y explicó: “La vigilancia epidemiológica en EEUU, generalmente, se registra dos semanas después de que se levantan las alarmas en Europa”.
Durante el último mes, Florida ha examinado variantes y compartido datos con GISAID en menos del 2% de los casos de COVID, conforme a registros oficiales. Mientras tanto, California, por el contrario, examinó casi el 15% de sus casos en busca de cepas y hasta el martes había informado sobre seis casos de ómicron.
Sin embargo, el estado enfatiza que está realizando su tarea con efectividad. “Desde el comienzo de la pandemia, el Departamento [de Salud de Florida] ha realizado esfuerzos de secuenciación y mantiene la vigilancia de variantes emergentes”, dijo Samantha Epstein, funcionaria de esta agencia en el condado de Duval, en un correo electrónico.
Por su parte, la portavoz del Departamento de Salud de Florida, Weesam Khoury, afirmó en un comunicado de prensa que “la Oficina de Epidemiología monitorea las variantes preocupantes del SARS-Cov-2 a través de métodos de investigación y análisis”.
Acto seguido, dijo, “estos métodos incluyen entrevistas exhaustivas, incluido el historial de viajes, rastreo de contactos, recolección de muestras y vigilancia de las visitas a la sala de emergencias”.
En el momento en que se comprobó el primer caso de la nueva cepa del coronavirus en Florida, ésta ya se había detectado en otros 16 estados: California, Colorado, Connecticut, Hawái, Luisiana, Maryland, Massachusetts, Minnesota, Missouri, Nebraska, Nueva Jersey, Nueva York, Pensilvania, Utah, Washington y Wisconsin.
Tras conocerse los primeros casos de ómicron en territorio floridano, el gobernador del estado, Ron DeSantis, declaró que pese “al posible riesgo” que denota la cepa no habrá nuevas restricciones frente al virus.
En medio de la preocupación colectiva, el doctor Anthony Fauci, principal asesor médico de la Casa Blanca, hizo un pronunciamiento que trae un poco de tranquilidad a todos.
Fauci dijo que, aunque la variante ómicron del coronavirus se está propagando rápidamente por Estados Unidos, los primeros indicios dejan entrever “que podría ser menos peligrosa que la delta”, que mantiene una alta tasa de hospitalizaciones en el país.
En tal sentido, los CDC han señalado que aún se desconoce si la variante ómicron es más transmisible que la delta o si causa una enfermedad más grave. Fauci coincide con esta premisa y estima que “aún los científicos tienen que seguir investigando la variante”.
Estados Unidos registró su primer contagio de la variante ómicron el 1ro. de diciembre en el estado de California, tan solo días después de la aparición de la cepa en Sudáfrica.