Polonia puso fin el miércoles a sus evacuaciones aéreas desde el aeropuerto internacional de Kabul por motivos de seguridad, mientras los países occidentales se preparaban para completar las operaciones de ayuda a los que huyen de los talibanes, que han tomado Afganistán, antes de la retirada militar estadounidense.
SurFlorida / AP
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el día anterior que se atendrá a la fecha límite del 31 de agosto para completar la arriesgada conexión aérea desde Kabul.
El Talibán, que ha recuperado el control del país casi 20 años después de ser expulsado por una invasión que lideró Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre, ha insistido en que la evacuación debe terminar el 31 de agosto.
Si Biden decidiera quedarse más tiempo, podría reactivar la guerra entre el grupo y los aproximadamente 5.800 militares estadounidenses y otras fuerzas de la coalición que gestionan las evacuaciones aéreas en el aeropuerto de Kabul.
Un grupo trasladado desde Kabul a Uzbekistán fue el último evacuado por Polonia, indicó el viceministro polaco de Exteriores Marcin Przydacz. Había otro avión camino de Varsovia. Polonia tomó su decisión tras consultar con autoridades británicas y estadounidenses.
“Tras un largo análisis de los reportes sobre la situación de seguridad no podemos poner en peligro las vidas de nuestros diplomáticos y nuestros soldados durante más tiempo”, dijo Przydacz.
Varios soldados permanecerán de forma breve en el país para procedimientos como clausurar la base, dijo Przydacz.
Polonia ha utilizado una docena de aviones para llevar cientos de personas a Varsovia. Algunos viajaron después a otros países.
Las escenas de caos en el aeropuerto han conmocionado al mundo, tras una rápida ofensiva en la que el Talibán tomó el control de un país que recibió cientos de miles de millones de dólares en ayuda para seguridad y reconstrucción desde la invasión de 2001 liderada por Estados Unidos.
Varios afganos corrieron hasta la pista de despegue la semana pasada, y algunos murieron tras aferrarse a un avión militar de transporte estadounidense cuando despegaba. Al menos siete personas murieron ese día, y otros siete fallecieron el domingo en una estampida de una multitud en pánico. Un soldado afgano murió el lunes en un tiroteo en circunstancias que no estaban claras.
Miles de personas han acudido en masa al aeropuerto en los últimos días, mientras milicianos talibanes disparaban al aire en un intento de controlar a la multitud.
Países europeos -incluidos aliados de Estados Unidos en la operación militar, como Alemania y Gran Bretaña- presionaron para ampliar el plazo de las evacuaciones más allá de la semana pasada. El director de la CIA, William Burns, viajó el lunes a Kabul para reunirse con el principal líder político talibán. Sin embargo, Biden ha mantenido la fecha incluso después de una cumbre virtual de emergencia del Grupo de los Siete.
En la práctica, la fecha límite para las evacuaciones es “el próximo par de días”, dijo Patricia Lewis, directora del programa de seguridad internacional en el centro de estudios internacionales Chatham House.
“No puedes decir sin más ‘De acuerdo, medianoche, paramos ahora, empacaremos con cuidado’”, dijo. “Hay una enorme cantidad de cosas que deben hacerse, como reunir a toda la gente que está haciendo el trabajo y todo el equipamiento, todas las cosas que tienen que sacar, que no quieren que los talibanes consigan”.
“Todos los aliados dependen mucho de Estados Unidos para la cobertura militar, especialmente la cobertura aérea”, dijo Lewis. “No pueden arriesgar a su gente, de modo que de verdad depende de cuándo empieza a recoger Estados Unidos”.