Plaga de ratones destructivos atormenta a los habitantes de este estado australiano.
SurFlorida – AP
Durante la noche, los pisos de los cobertizos desaparecen debajo de alfombras de ratones que corretean. Los techos cobran vida con el sonido de arañazos. Una familia culpó del incendio de su casa a ratones que mordieron cables eléctricos.
Vastas extensiones de tierra en el estado de Nueva Gales del Sur en Australia están siendo amenazadas por una plaga de ratones que el gobierno estatal considera “absolutamente sin precedentes”. Se desconoce cuántos millones de roedores han infestado las planicies agrícolas del estado.
“Ahora estamos en un punto crítico en el que, si no reducimos significativamente el número de ratones que ya tienen proporciones de plaga para la primavera, enfrentaremos una crisis económica y social absoluta en el área rural y en las regiones de Nueva Gales del Sur”, dijo este mes el ministro de Agricultura, Adam Marshall.
Bruce Barnes dijo que está corriendo un riesgo al plantar cultivos en la granja de su familia cerca del poblado de Bogan Gate, en la región central de Nueva Gales del Sur.
“Simplemente sembramos y mantenemos la esperanza”, señaló.
El riesgo es que los ratones mantengan su número durante el invierno del hemisferio sur y devoren el trigo, la cebada y la canola antes de que puedan ser cosechadas.
NSW Farmers, la asociación agrícola más importante del estado, pronostica que la plaga le quitará más de 1.000 millones de dólares australianos (775 millones de dólares) al valor de los cultivos invernales.
El gobierno estatal solicitó a la India el envío de 5.000 litros (1.320 galones) del veneno prohibido Bromadiolona. Aún falta que el organismo regulador del gobierno federal autorice su uso de emergencia en el perímetro de los sembradíos. Los críticos temen que el veneno no sólo matará a los ratones, sino también a los animales que se alimentan de ellos, incluyendo a las aguilas audaces y a las mascotas de las familias.
“Estamos teniendo que tomar este camino porque necesitamos algo que sea super potente, el equivalente al napalm, para simplemente acabar totalmente con estos ratones”, señaló Marshall.
La plaga es un golpe cruel a los agricultores del estado más poblado de Australia, que en los últimos años han sido azotados por incendios, inundaciones y alteraciones por la pandemia, sólo para enfrentar ahora el flagelo del ratón casero, o Mus musculus, que no es endémico del país.
Lo peor viene durante la noche, cuando millones de ratones que habían estado descansando ocultos durante el día entran en acción.
Colin Tink calcula que ahogó a 7.500 de ellos en una sola noche la semana pasada en una trampa que preparó con un depósito para alimentar el ganado que estaba lleno de agua en su granja en las afueras de la ciudad de Dubbo.
“Pensé que podría capturar a unos doscientos. No pensaba que atraparía a 7.500”, dijo Tink.
Barnes dijo que los cadáveres de ratones y el excremento en los techos están contaminando los tanques de agua de los granjeros.