4 de octubre de 2024 7:49 PM

Papa Francisco amplía el rol de las mujeres en la Iglesia

El Papa Francisco, en otro paso hacia una mayor igualdad para las mujeres en la Iglesia Católica Romana, cambió el lunes su ley para permitirles servir como lectores en las liturgias, monaguillos y distribuidoras de la comunión.

surflorida/Reuters

En un decreto, el Papa formalizó lo que ya ocurre en muchos países desde hace años. Pero con el cambio en el Código de Derecho Canónico, los obispos conservadores no podrán bloquear a las mujeres en su diócesis de esos roles.

Pero el Vaticano enfatizó que los roles eran “esencialmente distintos del ministerio ordenado”, y no eran un precursor automático de que un día las mujeres pudieran ser ordenadas sacerdotes.

En el decreto, llamado “Spiritus Domini” (El Espíritu del Señor), Francisco dijo que había actuado después de una reflexión teológica.

En una carta adjunta, el Papa dijo que quería traer “estabilidad, reconocimiento público” a las mujeres que ya desempeñan sus funciones.

“Este cambio alinea a la Iglesia institucional con las realidades pastorales de todo el mundo”, dijo Kate McElwee, directora ejecutiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres, que promueve el sacerdocio femenino.

En un gran cambio en agosto pasado, el Papa nombró a seis mujeres, incluida la ex tesorera del príncipe Carlos de Gran Bretaña, para cargos de alto nivel en el consejo que supervisa las finanzas del Vaticano.

Francisco ya ha designado a mujeres como viceministra de Relaciones Exteriores, directora de los Museos Vaticanos y subdirectora de la Oficina de Prensa del Vaticano, así como a cuatro mujeres como consejeras del Sínodo de los Obispos, que prepara importantes reuniones.

También ha creado comisiones para estudiar la historia de las mujeres diáconas en los primeros siglos de la Iglesia católica, respondiendo a los llamamientos de las mujeres para que se les permita asumir el cargo hoy. Los defensores de una mujer diaconisa esperan que pueda conducir a mujeres sacerdotes.

Los diáconos, como los sacerdotes, son ministros ordenados y, como en el sacerdocio, deben ser hombres en la Iglesia de hoy. Es posible que no celebren misa, pero pueden predicar, enseñar en nombre de la Iglesia, bautizar y llevar a cabo servicios de bodas, velatorios y funerales e incluso dirigir una parroquia con el permiso de un obispo.

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