23 de diciembre de 2024 9:52 AM

Pandemia y los huracanes son una combinación devastadora en Latinoamérica

El paso de los huracanes Eta e Iota en menos de dos semanas por Centroamérica deja a miles de personas todavía más expuestas al COVID-19, sobre todo para quienes han perdido el cobijo de sus casas y se enfrentan desde refugios temporales a un virus que ha segado miles de vidas en América.

Sur Florida / Telemundo 51

Oxfam alertó este miércoles que el istmo, con 260,000 positivos hasta el momento, puede sufrir un posible aumento de contagios como “consecuencia de los huracanes y el hacinamiento en albergues” donde calcula que hay “unas 30,000” personas.

La situación en Centroamérica empeora la panorámica general del continente, con cifras que dibujan una gráfica ascendente, 23.5 millones de casos y 682,000 muertes acumuladas, según el reporte diario de la Organización Mundial de la Salud, a diferencia de la disminución de casos y muertes que vive Europa.

Por países, en América, Estados Unidos ha superado ya los 11 millones de positivos y muestra una virulenta tercera oleada en su gráfica de contagios, Brasil se mantiene en 5.8 millones mientras que Argentina supera los 1.3 millones de positivos y Colombia está sobre los 1.2 millones.

LOS DESASTRES NATURALES NO SE DETIENEN EN PANDEMIA

Centroamérica enfrenta la crisis sanitaria derivada del COVID-19, al mismo tiempo que atiende, con muchas limitaciones por su precario sistema de salud, las emergencias que han dejado en las primeras dos semanas de noviembre los huracanes Eta e Iota.

Distintas organizaciones no gubernamentales han mostrado su preocupación ante el combo explosivo que suponen el coronavirus y el paso de los huracanes. Unicef alertó hace una semana sobre el riesgo de un aumento de la propagación de enfermedades, incluido el COVID-19, en los centenares de albergues habilitados en la región.

La agencia de la ONU calculaba que más de 110,000 personas, incluidos unos 44,000 niños, han sido evacuadas a refugios temporales en Honduras, Nicaragua, Guatemala, Belice, Panamá, Costa Rica y El Salvador, donde las distancias de bioseguridad son difíciles de mantener y la preocupación por la supervivencia relega la pandemia a un segundo plano.

Por su parte, Oxfam hizo el miércoles un llamado a la comunidad internacional “para que haga efectiva” su ayuda a Centroamérica donde hay más de “260,000 casos registrados de COVID-19” y alertó que puede sufrir un “aumento de contagios como consecuencia de los huracanes y el hacinamiento en albergues”.

Se calcula que Eta, que llegó a ser un huracán de categoría 4, dejó en el istmo al menos 144 muertos, 120 desaparecidos, destrucción y suelos saturados de agua y más proclives a deslaves. Entre tanto, los estragos causados por Iota, que llegó a la categoría 5, aún no han sido contabilizados pero en Nicaragua ha dejado ya al menos 8 muertos.

A los desastres naturales, cada vez más virulentos por efecto de la crisis climática, se le suman la reaparición de enfermedades que tensan aún más los sistemas de salud, como en Paraguay, país que se prepara para una nueva temporada de dengue, que este año tendrá que convivir con el coronavirus.

La pandemia también empeora en México, donde roza las 100,000 muertes y rebasa el millón de contagios, y sus embates se sienten en la economía que agoniza con una caída acumulada del 9.6% del producto interno bruto (PIB), con decenas de millones de nuevos pobres y la ausencia de un antídoto económico del gobierno.

El foco rojo de la pandemia se cierne también sobre el Caribe, donde Jamaica se convirtió el miércoles en el primer país de la Comunidad del Caribe (Caricom) en superar los 10,000 casos positivos por COVID-19.

Mientras tanto, Belice, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago siguen sumando muertos y contagiados por la pandemia.

En el cono sur del continente, Chile y Uruguay son polos opuestos en la evolución de la pandemia. El primero informó el martes de 1,003 nuevos casos y 20 muertes por coronavirus, y solo 79 pacientes en estado crítico, una de las cifras más bajas de las últimas semanas.

En cambio, Uruguay alcanzó el martes un nuevo récord de casos diarios de COVID-19 con 104 contagios y superó por primera vez la barrera de los 100 en una misma jornada desde que se anunciaron los positivos iniciales y se decretó la emergencia sanitaria el pasado 13 de marzo.

VACUNAR AL 20% DE LATINOAMÉRICA COSTARÍA $2,000 MILLONES

La farmacéutica Pfizer alegró por segunda vez al mundo -y a los mercados- al anunciar que su vacuna contra el COVID-19 tiene una eficacia del 95% a partir de los 28 días después de la primera dosis, según un comunicado de la propia compañía, que ya emitió una primera evaluación de eficacia hace algunos días.

Pero pese a las “buenas noticias” recientes sobre el desarrollo de posibles vacunas contra la enfermedad, vacunar al 20% de la población de América Latina y el Caribe costará más de $2,000 millones, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que instó el miércoles a considerar las vacunas como una inversión “inteligente y necesaria”.

“Sabemos que la entrega de una vacuna será desafiante y costosa”, declaró el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, en una rueda de prensa.

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