Las autoridades de las Islas Baleares, en España, ordenaron el miércoles el cierre de bares y clubes nocturnos en áreas de playa que son populares entre los turistas jóvenes y extranjeros, poniendo fin a interminables noches de juerga al compás de música tecno.
Sur Florida/AP
Argumentando la necesidad de frenar la propagación del coronavirus, las autoridades emitieron la orden para todos los establecimientos en la “Calle de la Cerveza” y la “Calle del Jamón”, como son conocidas las populares áreas de celebraciones cerca de la playa de Palma de Mallorca, y otro bulevar en la vecina Magaluf.
El ministro regional de turismo, Iago Negueruela, dijo que el archipiélago del Mediterráneo quiere además sacudirse la reputación de destino para fiestas descontroladas.
“No queremos turistas incívicos en nuestras islas, que no vengan”, dijo Negueruela en una conferencia de prensa, al anunciar que los establecimientos en cuestión deberán cerrar a partir del jueves hasta nuevo aviso.
Escenas de turistas ebrios en Mallorca ignorando las normas de distanciamiento social y sin mascarillas se volvieron virales en medios sociales en semanas recientes y ocuparon titulares en Alemania y Gran Bretaña, de donde provienen muchos de los turistas en las islas.
Las autoridades regionales prohibieron además el uso de pajitas y de vasos con más de medio litro de bebidas alcohólicas porque quieren prevenir que un trago sea compartido por varias personas, así como los asientos en los bares, los cuales pudieran alentar a los juerguistas a quedarse.
Negueruela advirtió que las autoridades tomarán medidas contra los turistas que no respeten las regulaciones.
“No permitiremos ese descontrol”, dijo.
No es la primera vez que las populares Islas Baleares tratan de controlar los excesos alcohólicos. Hace unos meses, el gobierno regional aprobó una ley que prohíbe la organización y promoción de recorridos de bares, y la promoción de ventas de bebidas alcohólicas con horarios especiales y descuentos.
Prohibieron además la práctica de saltar de los balcones de hoteles hacia piscinas, algo que ha causado muchas heridas y varias muertes.
El archipiélago está tratando de conseguir una imagen de destino seguro para turistas luego de tres meses de paralización de la economía debido a la pandemia. Más de 30% de la economía de las islas depende del turismo.
España ha registrado más de 28.000 muertes por COVID-19 y lidia con varios brotes nuevos luego que el país comenzó a reabrir sus negocios el mes pasado.