Las escenas de vigilantes de un supermercado que mataron a golpes a un cliente negro en el estacionamiento, llevaron a miles de brasileños a las calles de varias ciudades del país, justo en el feriado en que se celebraba el ‘Día de la Conciencia Negra’, el viernes. João Alberto Silveira Freitas, de 40 años, murió asfixiado a la salida de una tienda de la cadena Carrefour, en Porto Alegre, al sur de Brasil. La muerte de Silveira está siendo comparada con la del norteamericano George Floyd, en mayo del año pasado, víctima de violencia policial, que levantó las protestas contra el racismo en ese país.
Sur Florida/ABC
«Parece que no tenemos salida… Ni siquiera en el día de la Conciencia Negra. De hecho, ¿qué conciencia? Mataron a un negro golpeado frente a las cámaras. La violencia y el odio han perdido completamente la vergüenza. ¿Fueron en vano George Floyd, João Pedro, Evaldo Santos?», lamentó en su cuenta de Twitter, Richarlison de Andrade, futbolista brasileño Richarlison de Andrade, delantero del Everton de Inglaterra, uniéndose al coro de celebridades que también protestaron en sus redes sociales.
En São Paulo, centro de las protestas del viernes, manifestantes marcharon en la Avenida Paulista y pintaron en letras blancas el mensaje: «Vidas negras importan», frente a la sede del Museo de Arte Moderna (MASP) uno de los edificios más marcantes de la ciudad. De ese punto, la marcha siguió hasta una filial del Carrefour, donde los manifestantes rompieron los escaparates y casi provocaron un incendio, que fue rápidamente controlado. «Sin saqueos», ordenaban los líderes de la protesta, que se repitió en varias capitales del país.
Los vídeos que circularon en redes sociales y generaron la indignación, muestran al soldador llevando una paliza de dos guardas, uno de ellos, un policía militar que estaba haciendo un trabajo extra en el supermercado, lo que es prohibido por la corporación, pero muy común en Brasil. Los guardas, el policía Giovane Gaspar da Silva, de 24 años, y Magno Braz Borges, de 30, fueron arrestados y están en prisión preventiva.
La filial brasileña del grupo francés Carrefour lamentó la «muerte brutal» de Freitas y anunció que tomará «las medidas oportunas para responsabilizar a los involucrados en este caso criminal», además de encerrar el contrato de vigilancia con la empresa tercerizada. No es la primera vez que la cadena tiene problemas con guardias violentos en sus tiendas. Los primeros análisis del Instituto General de Medicina Legal de Porto Alegre, apuntan la la posibilidad de asfixia, resultado de la presión que los guardias hicieron sobre el cuerpo de Silveira.
Padre de cuatro, dos de ellos pequeños, Silveira estaba haciendo compras con su esposa cuando discutió con la cajera, que llamó a los guardias. Durante el velorio realizado el sábado en Porto Alegre, la hija menor de Silveira, Desiree, de 9 años, fue consolada por familiares, mientras acariciaba la mano de su padre. El soldador era padre también de Thais Alexia, de 22 años, Taynara, de 16, y João Alessandro, de 15, que no tuvo fuerzas para asistir a la despedida.
«Parecía que estaban tirando un trozo de carne al piso», comparó la hija mayor. «Su muerte es para llamar la atención, solo los que no tienen corazón no se dan cuenta», dijo Thais Alexia, madre de una niña de 6 años.
Bolsonaro niega el racismo
En un comunicado, la representación de la ONU en Brasil, pidió a las autoridades locales que realicen una investigación «rápida» y den el debido castigo a los responsables. En Brasil, «millones de personas negras siguen siendo víctimas de racismo, discriminación racial e intolerancia, incluyendo sus formas más crueles y violentas», declaró la organización en una nota, que contrastó con las declaraciones del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y de su vicepresidente, Hamilton Mourão, que negaron la existencia del racismo en el país.
«No debemos dejarnos manipular por grupos políticos. Como hombre y como presidente, soy daltónico: todos tienen el mismo color. No hay mejor color de piel que los demás. Hay hombres buenos y hombres malos. Son nuestras elecciones y valores los que marcan la diferencia”, escribió el mandatario en su twitter, criticando las protestas.
«Somos una raza mixta. Blancos, negros, morenos e indios componen el cuerpo y el espíritu de un pueblo rico y maravilloso», siguió el hilo de Bolsonaro, que ya ha sido criticado por negar el racismo, y por nombrar a un periodista negro, Sérgio Camargo, que concuerda con él, para dirigir la Fundación Palmares, la principal entidad del Gobierno vinculada a la cultura negra.
Camargo inclusive ya ha expresado su desprecio por existir un feriado de la «Conciencia Negra». En abril, el dirigente calificó al movimiento negro como «escoria maldita», que alberga «vagos».
Horas antes al texto de Bolsonaro, el vicepresidente ya había afirmado que el asesinato de Silveira no se podía clasificarse como racismo. «Les digo con total tranquilidad: no hay racismo en Brasil», señaló.
Los datos del Atlas de la violencia de Brasil, difieren de los argumentos de Bolsonaro, Camargo y Mourão. Según ese estudio las tasas de asesinatos entre la población negra en el país son más altas que las de los no negros. Un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea) y el Foro Brasileño de Seguridad Pública muestran que mientras la tasa de homicidios de negros aumentó un 11,5% en la última década, llegando a 37,8 por cada 100 mil habitantes, la de los no negros cayó un 12,9%, con una tasa del 13,9. Brasil, donde más de la mitad de sus 212 millones de habitantes son negros o mestizos, fue el último país de América a abolir la esclavitud, en 1888.