Los bomberos batallaron el sábado para contener un incendio forestal voraz en el norte de California bajo temperaturas ardientes, cuando otra ola de calor azota el oeste de Estados Unidos este fin de semana, causando una alerta de calor excesivo para áreas desiertas y del interior.
SurFlorida– AP
El viernes, el Parque Nacional del Valle de la Muerte, en California, registró una temperatura de 54 grados Celsius (130 Fahrenheit). Si se verifica, esa temperatura sería la más elevada allí desde julio de 1913, cuando el área de Furnace Creek registró 57 Celsius (134 Fahrenheit), considerada la temperatura más elevada medida en la Tierra.
El Complejo Beckwourth —que fusiona dos incendios forestales causados por relámpagos— se propagaba el sábado sin señales de amainar hacia el noreste, desde la región de bosques de la Sierra Nevada, tras aumentar su tamaño al doble entre el viernes y el sábado.
Las áreas montañosas del norte de California de antemano han registrado varios incendios grandes que han destruido más de una decena de hogares. Aunque no hay reportes confirmados de daños de edificios, el incendio forzó órdenes o advertencias de desalojos para unas 2.800 personas y el cierre de casi 518 kilómetros cuadrados (200 millas cuadradas) del Bosque Nacional Plumas.
El viernes, una masa de aire caliente ascendiente formó una nube gigante de humo que alcanzó miles de metros de altura y creó sus propios relámpagos, dijo Lisa Cox, oficial de información sobre incendios.
Puntos de incendio causados por brasas se extendieron hasta 1,6 kilómetros del flanco noreste —demasiado lejos como para que los bomberos puedan combatirlos a salvo, y los vientos canalizaron el fuego hacia las cañadas y los cañones llenos de combustible seco, donde “realmente puede aumentar la velocidad”, dijo Cox. Las llamas se elevaron hasta 31 metros (100 pies) en algunos lugares, lo que obligó a los bomberos a centrarse en la construcción de líneas de contención para proteger los hogares.
Los bomberos generalmente aprovechan las noches más frescas y húmedas para lograr avances contra un incendio, señaló Cox, pero el calor y los bajos niveles de humidad no cedieron. Los más de 1.200 bomberos recibieron ayuda de aviones. Sin embargo, se pronosticaba que el incendio siguiera avanzando.
El aire era tan seco que una parte del agua lanzada por los aviones se evaporaba antes de llegar al suelo, añadió Cox.
“Pronosticamos más de lo mismo al día siguiente y al siguiente y al siguiente”, señaló Cox.
El incendio, que estaba contenido en un 8%, aumentó drásticamente a 222 kilómetros cuadrados (86 millas cuadradas) luego de que los bomberos hicieran mejores observaciones.