La ciudad de Nueva York exigirá a los policías, bomberos y otros trabajadores municipales que se vacunen contra el COVID-19 o serán colocados en licencia no remunerada, dijo el miércoles el alcalde Bill de Blasio, dando un ultimátum a los empleados públicos que se han negado y asegurando una pelea con algunos sindicatos.
Sur Florida / AP
El mandato que afecta al departamento de policía más grande de Estados Unidos y a más de 100.000 trabajadores de la Gran Manzana, incluidos los transportistas de basura e inspectores de edificios, tiene como fecha límite el 1 de noviembre para recibir la primera vacuna, anunció de Blasio.
Los carceleros de Rikers Island, donde la ciudad lidia con tal escasez de personal que está creando condiciones inseguras, tienen plazo hasta el 1 de diciembre.
De los trabajadores afectados por el nuevo mandato, el 71% ya ha recibido al menos una dosis de alguna vacuna, según la ciudad.
Anteriormente, la ciudad ordenó a los maestros de las escuelas públicas y trabajadores de hospitales que se vacunaran.
Los trabajadores de la ciudad que reciban su primera vacuna antes del 29 de octubre en un sitio de inoculación administrado por la ciudad recibirán 500 dólares adicionales en su cheque de pago, anunció el alcalde. Aquellos que no presenten comprobante de vacunación antes del 29 de octubre serán colocados en licencia.
“No hay mayor privilegio que servir a la gente de la ciudad de Nueva York, y ese privilegio viene con la responsabilidad de mantenerte a ti y a tu comunidad a salvo”, dijo de Blasio en un comunicado.
Pero muchos policías de la ciudad se han mostrado desafiantes, incluso ante medidas simples, como usar mascarillas. El lunes, dos agentes fueron vistos en un video sacando a un hombre de una estación de metro en Manhattan cuando los cuestionó por desobedecer las reglas que requieren que usen cubrebocas.
La tasa de vacunación de la policía de Nueva York está rezagada con respecto al resto de la ciudad, y algunos agentes se niegan rotundamente a recibir las inyecciones. Los sindicatos que representan a los policías, que sostienen que recibir la vacuna es una decisión médica personal, han indicado que emprenderán acciones legales para luchar contra un mandato.