Michael Jordan espera que su equipo consiga triunfos, esta vez no en una cancha de basquetbol sino en las pistas de la NASCAR.
Bubba Wallace, el piloto negro que protagonizó momentos inspiradores en la temporada anterior, será la parte central de la nueva escudería de Jordan.
Y el exastro del baloncesto tendrá compañía entre las celebridades que estarán en la parrilla de largada. Pitbull compró una parte de una escudería, y podría hacer que los fanáticos —hasta 30.000 en las 500 Millas de Daytona— griten en español “¡Dale!”, durante la carrera de la próxima semana, que pone en marcha la temporada.
“No hay una mejor época para estar involucrado en la NASCAR”, dijo Pitbull.
Recordó que se sintió atraído a esta serie de automovilismo por la película “Days of Thunder”. Ahora, ha establecido una sociedad con la nueva escudería Trackhouse Racing que, junto con el piloto mexicano Daniel Suárez, aporta una plataforma para llegar a un público más amplio.
“De la misma forma en que la música es un lenguaje universal, yo veo también que la NASCAR es un lenguaje universal”, añadió Pitbull. “Todos aman un auto rápido y una gran historia”.
Los favoritos de los aficionados van más allá de los dueños de las escuderías. Chase Elliott, el piloto más popular de la NASCAR, es campeón reinante. Denny Hamlin ha ganado tres veces la Daytona 500.
El calendario se reformó. Incorpora ahora siete recorridos en pistas no ovaladas y cinco nuevas sedes.
Incluso, la NASCAR se prepara para desviarse un poco hacia la terracería en el Bristol Motor Speedway, una de las pistas predilectas de los aficionados.
Tal vez en cualquier otra temporada, los dirigentes de la NASCAR podrían brindar por lo que su socio en transmisiones televisivas anuncia ya como “La mejor temporada en la historia”.
Pero prometer algo así en medio de una pandemia parecería tan raro como el hecho de que un piloto de 62 años corra en Daytona.
Sin embargo, ello ocurrirá con Derrike Cope, quien ganó la carrera en 1990.