Decenas de miles de sudaneses salieron el sábado a las calles del país en la manifestación a favor de la democracia más grande desde que el ejército tomó el poder hace unos días.
SurFlorida / AP
Tres manifestantes murieron y decenas más resultaron lesionados, muchos con municiones reales, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego en varias ubicaciones, informó una unión de médicos.
El golpe, condenado por la comunidad internacional, amenaza con descarrilar la inestable transición de Sudán a la democracia, que comenzó en 2019 cuando fue derrocado el autócrata Omar al-Bashir. Desde entonces, líderes militares y civiles habían gobernado en una conflictiva sociedad.
Los grupos promotores de la democracia convocaron a protestas masivas en todo el país para presentar los reclamos de reinstalación de un gobierno de transición derrocado y libertad de personalidades políticas detenidas.
Estados Unidos y Naciones Unidas habían advertido al mandatario de Sudán, general Abdel-Fattah Burhan, que consideran el trato del ejército hacia los manifestantes como una prueba y pidieron control.
Burhan ha afirmado que la transición hacia la democracia continuará a pesar de la toma de poder militar y que pronto instalará un nuevo gobierno tecnócrata. El movimiento a favor de la democracia en Sudán teme que el ejército no tenga intención de mitigar su control y nombre a políticos que pueda controlar.
Es probable que la gran participación del sábado aumente la presión sobre los generales, que ya enfrentan crecientes condenas de Estados Unidos y otras naciones occidentales para reinstaurar al gobierno liderado por civiles.
Multitudes comenzaron a reunirse el sábado en Jartum, la capital, y su ciudad gemela Omdurman. Los participantes coreaban “Ríndete, Burhan” y “revolución, revolución”. Algunos sostenían carteles que decían: “Es imposible ir en reversa”.
Las movilizaciones fueron convocadas por la Asociación de Profesionales Sudaneses y los llamados Comités de Resistencia. Ambos estuvieron en primera línea del levantamiento que forzó la renuncia del autócrata Omar al-Bashir y de su gobierno islamista aliado en 2019. Entre sus peticiones están el desmantelamiento del consejo militar que gobierna ahora el país, liderado por Burhan, y la entrega del poder a los civiles. También exigen desmantelar grupos paramilitares y reestructurar al ejército, agencias de inteligencia y seguridad.
Los tres manifestantes que murieron fueron baleados en Omdurman. Uno en la cabeza, otro en el estómago y un tercero en el pecho, según el Comité de Médicos de Sudán y los manifestantes.
El comité, parte de la Asociación de Profesionales Sudaneses, dijo que las fuerzas de seguridad usaron municiones reales contra los manifestantes en Omdurman y otras partes y que contabilizó más 110 heridos, algunos con balas, en Jartum, Omdurman y la provincia occicdental de al-Qadarif.
La policía de Sudán negó haber usado municiones reales y dijo en un comunicado que policías fueron heridos por tiroteos. Agregó que usaron gas lacrimógeno para dispersar grupos de manifestantes que presuntamente atacaron a sus fuerzas y “puestos importantes”. El comunicado no proporcionó más detalles.