Meghan Markle siempre se ha mostrado muy orgullosa de su infancia, que fue radicalmente diferente a la de su marido el príncipe Harry porque ella no contaba con una serie de lujos y privilegios garantizados. De hecho, a los ocho o nueve años comenzó a coser y vender coleteros para el pelo que confeccionaba con retales de tela para emular la fuerte ética laboral de sus padres, que le enseñaron la importancia de valorar el dinero.
Sur Florida / eldiariony
La antigua actriz y actual duquesa de Sussex ha participado ahora en una conferencia organizada por el New York Times y centrada en el rol de las mujeres en la sociedad y en los negocios, para debatir cómo pueden alcanzar la igualdad económica y profesional. En su caso, ella no puede evitar preguntarse si su lugar en el mundo habría cambiado si alguien le hubiera enseñado cómo funciona el mercado de valores.
La duquesa de Sussex insiste en que este tipo de lecciones acompañan a una persona durante el resto de su vida y pone como ejemplo su costumbre de buscar cupones de descuento porque era lo que se hacía en su hogar.
“Jamás compro nada en internet sin encontrar antes un cupón promocional“, ha asegurado. “Eso es algo que todavía tengo grabado, es una versión moderna de la misma cosa. Es algo que me inculcaron cuando era pequeña. Solo puedo imaginar cómo sería el mundo si inculcáramos otros conceptos de comprensión financiera, en especial a las mujeres jóvenes”.
Su decisión de formar parte de esta conferencia se enmarca en los esfuerzos que ha realizado últimamente para reclamar una baja por maternidad remunerada para todas las mujeres, que aún no es una realidad en Estados Unidos. Aunque Meghan tiene muy presente que la familia de su esposo se mantiene alejada de cualquier asunto relacionado con la política para mantener una postura imparcial, ella considera que hablar del apoyo que necesitan y merecen las madres es una “cuestión humanitaria”.