Más de cien personas se contagiaron de COVID-19 en una boda celebrada en Mexicali, en la frontera de México con California, a inicios de octubre.
Sur Florida / AP
La celebración del matrimonio de un actor mexicano de telenovelas, Armando Torrea, con la hija de un empresario tuvo lugar el 3 de octubre en un domicilio particular de Mexicali donde no hubo protocolos higiénicos ni filtros de salud. Además, no contaba con los permisos necesarios dada la afluencia de personas en plena pandemia, indicó el lunes el secretario de Salud de Baja California, Alonso Oscar Pérez Rico.
El funcionario había dicho unos días antes en una entrevista con medios locales que “poquito más de cien personas” habían dado positivo.
Las autoridades del estado confirmaron el lunes que no se tomó ninguna precaución durante la celebración e investigan si alguno de los invitados sabía que estaba enfermo y aún así asistió, lo que podría conllevar un delito contra la salud, recordó Pérez Rico.
En las imágenes de la boda divulgadas por medios locales puede verse a los invitados bailando y divirtiéndose sin cubrebocas y sin distanciamiento. La alcaldía de Mexicali no contestó de forma inmediata a una solicitud de comentarios de AP.
El estado fronterizo de Baja California ha registrado más de 21.800 contagiados desde el inicio de la pandemia, de los cuales casi la mitad, más de 10.200, se han dado en el municipio de Mexicali, la principal ciudad del estado detrás de Tijuana.
México y Estados Unidos acaban de anunciar la prolongación hasta el 21 de noviembre de las restricciones fronterizas impuestas en marzo para prevenir la transmisión del coronavirus y que sólo se permiten los cruces considerados esenciales, como las actividades comerciales o laborales.
“Recuerden que una pandemia global no es el momento para ir de compras, de paseo o a visitar a la familia del otro lado de la frontera”, dijo Edgar Ramírez, agregado del Departamento de Seguridad Nacional en la embajada de Estados Unidos en México.
Con el país acercándose poco a poco al millón de contagiados y al menos 86.300 muertos por COVID-19, las autoridades federales han alertado del peligro de un incremento de los contagios, no sólo porque es época de otras enfermedades respiratorias, sino por la sucesión de fiestas populares: Halloween y el Día de Muertos en poco más de una semana, la peregrinación de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre y las celebraciones navideñas.
Hugo López-Gatell, vocero del gobierno federal para la pandemia, alertó sobre el “alto riesgo” que suponen este tipo de celebraciones, como el acudir el Día de Muertos a los panteones, y aunque recomendó evitar este tipo de actos dejó en manos de las autoridades locales la adopción de medidas para evitar las aglomeraciones. En algunos puntos del país ya anunciaron que se cerrarían los cementerios.
Con respecto a la peregrinación del 12 de diciembre para honrar a la patrona de América Latina, la más multitudinaria entre los católicos y que congrega a millones de personas en la Ciudad de México, López-Gatell dijo que las autoridades sanitarias ya están en contacto con la Secretaría de Gobernación y la Conferencia Episcopal Mexicana para que se modifique la “modalidad de peregrinación”, aunque dijo que todavía no había ninguna decisión al respecto.
Por primera vez el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo esta semana que se está sometiendo a pruebas de COVID-19 cada martes y que ya se hizo seis u ocho.
Al mandatario sólo se lo ha visto con cubrebocas en contadísimas ocasiones pero según indicó López-Gatell a principios de octubre las medidas de distanciamiento que mantiene ahora son estrictas: tiene “una valla, literalmente” en las salas de reuniones y “está bien identificado el grupo de colaboradores y colaboradoras que pueden acercarse”, dijo.