Eso fue lo que decidieron los votantes durante las elecciones de este martes. La mayoría de los votantes le dio el apoyo a la regulación de cruceros porque creen que ayuda a la protección del medio ambiente.
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Arlo Haskell, del comité de Key West para embarcaciones más seguras y limpias, dijo: “Los grandes cruceros no aportan mucho dinero y causan grandes estragos en nuestros arrecifes, asegura uno de los autores de las enmiendas para limitar el número de visitantes diarios en cruceros a mil 500 y prohibir los barcos con una capacidad superior a las mil 300 personas”.
Para la mayoría de la gente que viene y se queda en un hotel, busca lo que cayo hueso ofrece: historia y arquitectura. Y los residentes creen, en su mayoría que “a los de los cruceros no les importa eso. Ni si quiera saben dónde están”.
Pero los dueños y empleados de pequeños negocios están preocupados por su futuro económico, ya que el año pasado más de un millón de turistas llegaron en cruceros.
Carlos Cotilla, empleado de restaurante, cree que “si aquí el turismo cae a niveles bajos nos tenemos que ir de aquí porque es una isla enfocada en el turismo”.
Selena Díaz, empleada de restaurante, piensa que “se puede vivir con las personas que vienen a los hoteles, pero el 70 por ciento de nuestros clientes son los que vienen en cruceros”.
La cámara de comercio pronostica que con esta decisión se perderían cientos de empleos.
Ahora se pronostica una batalla legal. En julio, Pier B, la compañía que opera uno de los tres puertos de cayo hueso, presentó una primera demanda contra la ciudad y los autores de las enmiendas, pero sus argumentos fueron desestimados.
