23 de diciembre de 2024 1:40 AM

Las tarjetas de crédito de tiendas obligan a cuidar los balances

¿Tentado de aceptar o solicitar una tarjeta de crédito de su tienda favorita para comprar los regalos de fin de año?¿Para tener un descuento en la primera compra?. Repiénselo. Sobre todo si la idea es financiar el gasto que haga con la tarjeta manteniendo el balance durante meses.

Sur Florida / eldiariony

En estas páginas hemos hablado de que las tasas de interés a corto plazo están de nuevo en el nivel mínimo de 0%-0.25% desde marzo, cuando la Reserva Federal quiso poner en marcha un primera ronda de estímulos monetarios por la crisis de la COVID-19.

Es decir, que en teoría el costo de usar el dinero es cero. De hecho, el rendimiento de los ahorros en los bancos se acerca mucho a este porcentaje bajísimo de la Fed. Pero la práctica apunta a que las cosas no son tan baratas cuando se compran con tarjetas que usan también esas tasas de la Fed como referencia.

Según CreditCards.com el APR, o tasa interanual, de las tarjetas de muchos comercios no se ha movido apenas y esto es el caso de las que tienen las tasas más elevadas y que llegan casi al 30%. Eso es lo que se estipula en las de Big Lots, Discount Tire, Jared The Galleria of Jewelry, Kay Jewelers, Piercing Pagoda, Sterling Family of Jewelers y Zales.

En algunos estados, como Nueva York, este porcentaje es imposible porque las leyes contra la usura impiden que se suba por encima del 25%.

El estudio que de estas tasas ha hecho Creditcards apunta a que, en general, las tasas se mueven en el entorno del 24.43%, cuando el año pasado estaban en el 26.01%. El alivio no es mucho. En el caso de las tarjetas que no son de tiendas o tienen marca compartidas con estas, la media es del 19.69%.

Las tasas más bajas se pagan en las ofrecidas por Military Star Card (10.24%), Sears Home Improvement Account (14.40%), Costco Anywhere Visa de Citi (15.24%), Apple Card (10.99% a 21.99%, que queda en una media de 16.49%), y la Dillard’s American Express Credit Card (9.99% a 24.99%, con media de 17.49%).

Aunque algunas tiendas, sobre todo las que tienen comarca con un emisor, permiten usar las tarjetas que emiten en otros comercios, el problema de este dinero de plástico es que en muchas ocasiones solo puede ser usada en el mismo lugar y usar los puntos o los descuentos en los mismos sitios. Es decir, no tiene flexibilidad de uso pero si alto costo.

Es importante que cuando le ofrezcan una tarjeta como esta les puedan responder a las preguntas que usted tenga sobre su costo y uso o que esté muy bien explicado en el folleto de solicitud. Y sobre todo evitar aceptar la oferta impulsivamente, algo que hace o ha hecho el 69% de los adultos en alguna ocasión, según CreditCards.com.

La mayor parte– el 60%–, de quienes la solicitan lo hacen para obtener un descuento o por poder financiar una compra con tiempo. Dado lo elevados que están las tasas de interés para quienes la usan el descuento puede ser un espejismo si se financia la deuda en meses porque se pagará más dinero.

En el caso de que necesite financiar algo con tiempo es mejor que solicite alguna tarjeta generalista  y si es posible busque las ofertas de bienvenida con el 0% de APR durante meses, que aún hay. Da más flexibilidad, le permite acumular puntos en algunos casos y los intereses son llevaderos. No obstante, en estos momentos de incertidumbre, lo mejor es tener un presupuesto y alejarse del crédito innecesario o del que crea que no pueda devolver en poco tiempo.

Las deudas a largo plazo puede eternizar el pago y por tanto el costo de lo que usted haya comprado, por mucho descuento que haya tenido cuando le dieron la bienvenida.

Los pasos del presupuesto

La regla de oro para que no se descarrilen las finanzas es tener un presupuesto. Para hacerlo hay que saber lo que se ingresa y dónde se gasta en primer lugar. También decidir qué gastos son necesarios, cuáles caprichosos y cuánto se puede destinar a ahorro y/o pago de deuda.

La regla del 50%, 30%, 20% ayuda a gestionar el flujo de esta caja. El 50% de lo que se ingresa se tiene que dedicar a gastos necesarios, el 30% a gastos que se quieren y el 20% al ahorro. Sobre eso se pueden hacer cambios pero es una de las muchas reglas a seguir. Si el gasto en lo que necesita, lo que quiere o lo que debe ahorrar es mayor o hay que buscar más ingresos o recortar costos. No es tarea fácil.

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