El cambio abrupto en las temperaturas de este fin de semana en el sur de la Florida no solo afectará a los residentes de una de las áreas metropolitanas más populosas de los EEUU. Las iguanas podrían caer de los árboles literalmente congeladas, según advirtió el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Sur Florida / diariolasamericas
El anuncio sobre un bajón en los termómetros hizo sacar abrigos y atuendos de clima frío a quienes hacen vida en esta parte del país, pero también a fijar los ojos sobre esos reptiles, que no son peligrosos ni agresivos para los seres humanos.
“¡Brrr! Se esperan temperaturas mucho más frías para Navidad. Es posible que haya bajas temperaturas en los 30 o 40 grados y que caigan iguanas. ¡Manténgase al día con los cambios de pronóstico y manténgase caliente!”, tuiteó el NWS.
Las bajas temperaturas aturden a las iguanas. No obstante, estos animalitos que se observan incluso en parques de barriadas no necesariamente morirán. Eso significa que muchos despertarán cuando suban las temperaturas, según los expertos.
Las iguanas, que se caracterizan por su color verde brillante, cortas patas y garras muy afiladas, tienen de esta forma un mecanismo de protección hasta que la temperatura vuelva a subir.
Las afectaciones más comunes que se les atribuyen a las iguanas son daños a malecones, aceras, follaje del paisaje y que pueden cavar túneles largos. Los machos pueden crecer hasta al menos cinco pies (1,5 metros) y pesar cerca de 20 libras (9 kilogramos).
Las iguanas hembras pueden poner cerca de 80 huevos al año, y el clima cálido del sur de Florida es perfecto para estos animales de aspecto prehistórico. Las iguanas son nativas de América Central, partes tropicales de América del Sur y algunas islas del Caribe.
Según la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida, las iguanas verdes se reportaron por primera vez en Florida en la década de 1960 en Hialeah, Coral Gables y Key Biscayne, a lo largo de la costa sureste del condado de Miami-Dade.
Las poblaciones de iguanas verdes ahora se extienden a lo largo de la costa atlántica en los condados de Broward, Martin, Miami-Dade, Monroe y Palm Beach y a lo largo de la costa del Golfo, en los condados de Collier y Lee.
Los extensos canales artificiales del sur de Florida sirven como corredores de dispersión ideales para permitir que las iguanas colonicen nuevas áreas.
Las iguanas verdes no están protegidas en Florida, excepto por las leyes contra la crueldad, y pueden ser sacrificadas en propiedades privadas durante todo el año.
En 2019 fue tanta su proliferación que la Comisión de Conservación de Fauna y Flora de Florida (FWC) animó a los ciudadanos “a matar iguanas verdes en sus propiedades”, pero a hacerlo de manera rápida y con el menor “sufrimiento”.