Su pareja le rompió la cabeza en tres oportunidades. Hoy ella vive en un refugio en el condado de Broward para mujeres abusadas junto a sus dos hijos. Llevaba 11 años de ser víctima de violencia doméstica.
Pero, como no tiene documentos legales y el refugio la acepta sólo por tres meses, su única salida parece ser la de volver a depender de su “abusador”.
“Estoy acá porque familiares de mi pareja le pusieron un cuchillo en el cuello a mi hijo de 3 años y al de 10 me lo agarraron por el cuello y lo tiraron contra la pared. Cuando eso pasó dije ‘no’, esto hasta aquí llegó”, “, afirma la víctima, a quien llamaremos “María”, para proteger su identidad.
“Ahora que estoy acá con ellos en el refugio, me siento libre. Por primera vez después de tantos años, siento que puedo hacer lo que yo quiera”, afirma esta mujer colombiana, de 40 años de edad.
Durante el mes de febrero el centro de ayuda de víctimas de violencia doméstica en Broward llamado Women in Distress, cuya ubicación no se puede dar a conocer por seguridad de las víctimas, está lanzando dos campañas dirigidas a la comunidad.
Una comunidad en la que hay muchos hispanos, quienes enfrentan retos adicionales, debido al idioma y a la legalidad. Y un grupo, que en el último año ha mostrado una mayor necesidad de ayuda frente a la agresión.
De los 1769 nuevos participantes que buscaron ayuda en Women in Distress en Broward en 2010 —últimas cifras disponibles—, los casos de hispanos fue de 985, es decir el 55.68 por ciento, frente al 43.5, del año anterior. En ese año, del total de hispanos recibiendo ayuda (incluyendo clientes antiguos), fue 36.8 por ciento frente a otras etnias. El año anterior, 33.8.
En el refugio Aid to Victims of Domestic Abuse (AVDA) de Palm Beach las víctimas nuevas hispanas frente a otras etnias en 2010 fueron el 53.1 por ciento; y el 26.9 por ciento del porcentaje total personas atendidas.
La primera campaña de concientización es The Love Campaign, para que las pequeñas empresas de la comunidad colaboren creando conciencia e informando sobre los servicios disponibles. Y la segunda va dirigida a prevenir la violencia en los adolescentes.
Las campañas llegan en un momento en el que los defensores de víctimas en los tres centros de violencia doméstica certificados por el estado en los condados de Broward y Palm Beach dicen que por segundo año consecutivo ha aumentado la demanda por sus servicios: albergue de emergencia, consejería y centro de llamadas de crisis. Además han visto también, dicen, un aumento en la severidad de los ataques.
“No sólo hay más gente pidiendo servicios, pero los incidentes que estamos viendo son más violentos y más letales y eso es alarmante”, dijo Mary Riedel, presidenta y directora ejecutiva de Women in Distress of Broward County.
En 2010, las cifras más recientes, hubo 15 homicidios por violencia doméstica en Palm Beach, 13 en Broward y 22 en Miami-Dade, según estadísticas del Florida Department of Law Enforcement. Estas cifras ocupan los primeros cinco lugares, frente a otras áreas del estado.
Según los defensores de las víctimas, año tras año las cifras indican que hay cada vez más incidentes de abuso doméstico durante tiempos económicos difíciles. Según expertos la pérdida del empleo, menores ingresos, no pagar el alquiler de la vivienda o las tarjetas de crédito, fácilmente se convierten en ansiedad, frustración e incluso cólera.
Y esto especialmente está afectando a los hispanos, advierte Riedel.
“Hemos visto un incremento significativo de clientes hispanos, tanto de mujeres como hombres. Por eso queremos dejarles saber que mucho de nuestro personal es bilingüe”, añade. “Y los servicios se los damos sin importar el estatus migratorio”.
Las personas abusadas generalmente dicen que no pueden afrontar salir de una relación abusiva. “No tienen dinero para un alquiler y un depósito de seguridad o no ganan lo suficiente para mantener a sus hijos”, advierte Pam O’Brien, presidenta del refugio en Palm Beach.
En el caso de los hispanos, según los consejeros, el idioma y la legalidad son barreras adicionales para buscar y obtener la ayuda.
“Tenemos un gran reto con nuestra población hispana. A veces por el idioma o porque no tienen papeles no son contratadas”, advierte Martiza Rodríguez, consejera de ascendencia cubano-mexicana en Women in Distress. Además, “en la comunidad hispana escucho mucho que a las mujeres las amenazan con llamar a inmigración para que sean deportadas”, añade.
Tal y como le ocurrió a la colombiana “María”. (El Sentinel)