La pasión de Isabel II por el mundo de la hípica va mucho más allá de acudir una vez al año a las carreras de Ascot luciendo el sombrero de rigor: la soberana es una verdadera apasionado de los caballos y hasta la década de 1960 participaba en el entrenamiento de sus propios caballos de competición.
SurFlorida / El diario NY
Aunque ahora ha delegado esa tarea en terceras personas de confianza, los ejemplares de los establos reales siguen participando en los certámenes más importantes y, según los cálculos realizados por el periódico ‘The Sun’, en los últimos nueve meses habría ganado más de $600,000 dólares en premios tras realizar su temporada más exitosa de la historia.
Según aseguró una fuente del palacio a ese mismo medio, este éxito ha ayudado a levantarle el ánimo tras atravesar unos meses muy complicados marcados, primero, por su aislamiento en el palacio de Windsor debido a la pandemia del coronavirus, y más tarde por la muerte del duque de Edimburgo, el que había sido su esposo durante más de siete décadas.
Con el triunfo de su caballo Fresh Fancy tras una exitosa jornada en el hipódromo de Kempton Park, que se convertía así en su trigésimo segundo campeón haciéndole embolsarse así más de $5,000 dólares, la monarca ha logrado superar su propio récord personal, que estableció en 2019 cuando se hizo con 29 victorias.
La lista de este año incluye 30 primeros puestos en carreras planas y dos en saltos de obstáculos, y podría seguir aumentando porque las carreras de la primera de estas modalidades no terminan oficialmente hasta mediados de octubre.
El año que viene otro de sus ejemplares, Reach For The Moon, competirá en el histórico Derby de Epsom y lo hará rodeado de una gran expectación por un motivo doble: la cita coincidirá con las celebraciones de su Jubileo de Platino y ningún monarca reinante ha ganado la carrera desde Eduardo VII en 1909, así que su triunfo sería sin duda una gran forma de poner la guinda al pastel en los festejos por sus 70 años en el trono.
