23 de diciembre de 2024 9:04 AM

La Pequeña Habana lucha por superar adversidades y sobreponerse a males peores

A solo un par de manzanas de Calle 8, donde negocios tratan de sobrevivir la crisis de la pandemia, vecinos de La Pequeña Habana, en Miami, hacen lo suyo para superar adversidades y sobreponerse a males peores.

Sur Florida / Diario las Américas

“Todos, en cualquier lugar, hemos sido golpeados de alguna manera por la pandemia. “No importa si vives en Cocoplum o aquí”, reconoció Mario, vecino de Riverside Park, en la avenida 8 del SW, donde antes existió el multiteatros Martí y hoy luce una moderna edificación de cuatro plantas.

Todos comprenden la seriedad de la pandemia y la crisis económica que generó, pero no es menos cierto que unos perdieron sus empleos, otros vieron sus ingresos mermar o simplemente no tienen papeles para salir a la luz y pedir trabajo.

Bastaría haber visto los miles de vecinos que acudieron al Parque José Martí, a la sombra de los fastuosos rascacielos del centro de Miami, en busca de alimentos gratuitos, el pasado 21 de diciembre.

“Repartimos 7.000 bolsas de comida y 14.000 perniles de puerco por Navidad”, aseguró el comisionado Joe Carollo, que se ocupa de la zona desde su puesto en el cuerpo legislativo municipal que atiende el distrito 3.

“Nunca en Miami se distribuyó tanta comida”, recalcó, gracias a las donaciones de entidades privadas y públicas.

De hecho, desde que comenzó la pandemia la alcaldía de Miami y el propio comisionado han recabado esfuerzos para distribuir alimentos a miles de necesitados.

“Cada vez que hay problemas económicos vienen las necesidades y existe la posibilidad del aumento de problemas, incluso el índice de criminalidad, aquí y en cualquier parte del mundo”, recalcó Carollo.

Según datos extraoficiales, más de 25 personas de cada 100 en edad laboral que residen en esa zona, que se extiende desde el río Miami hasta la avenida 17, y por efecto continúa hasta la 27, carecen de empleo hoy.

En verdad, Miami, que es el centro poblacional, económico y cultural del condado Miami-Dade, trata de hacer malabares con los 8.5 millones de dólares que el Gobierno condal le asignó, de los 474 millones de dólares que recibió del fondo federal Care Act.

“Demoraron en entregarnos esos fondos y ahora luchamos contra el tiempo para otorgar las ayudas a pequeños negocios y repartir tarjetas de regalo para comprar alimentos en supermercados”, apuntó Carollo.

Preocupaciones

Mario ha vivido en la zona por 50 años y ha visto cómo la barriada pasó de ser bautizada Vietnam Heroico en los años 1980, por aquello de la decadencia y el alto índice de criminalidad, a otra de regeneración tras la recuperación de la economía e inversiones oportunas que trajeron nuevos negocios, empleos y edificaciones hace apenas una década.

Mario mira alrededor y observa cómo hoy aumenta la cifra de jóvenes, y no tan jóvenes, que caminan de un lado a otro y se sientan en el parque a concretar cómo suplir la pérdida de empleo o ingresos. Le preocupa que las mejoras se vayan al traste

“Unos están muy dispuestos a trabajar como jardineros, otros van al parqueo de Home Depot (en Calle 8 y avenida 30) a ofrecerse como handymen, (peones para lo que haga falta), para ganarse 20 o 30 dólares”, pero lo hacen a escondidas porque no está permitido, señaló.

¿Y otros? “No sé. Escucho hablar de hacer dinero fácil y eso es lo que más me preocupa”, subrayó.

La barriada

En la esquina de la avenida 8 y la calle 3, justo al frente del parque, donde el poeta Eduardo Campa describió en versos la angustia y la esperanza del lugar; un par de vecinos recostados al mostrador de la ventanita de la cafetería veían los minutos pasar, mientras tomaban café, uno y otro más.

A la vuelta de la calle, sentada detrás de una reja, una joven miraba insistentemente su teléfono celular, tal vez para agilizar el paso del tiempo.

De vuelta a Riverside Park, con sus árboles frondosos y el campo de beisbol, un señor mayor, muy apuesto, paseaba sujetado de un bastón mientras fumaba un tabaco.

Al otro lado del parque, un montón de desechos afeaba el lugar, mientras un hombre, que montaba bicicleta y tiraba de un carrito de supermercados vacío, buscaba insistentemente con sus ojos algún artículo de valor.

“Llamamos a la Ciudad (ayuntamiento) para que vengan a recoger la basura. Tal vez tardan por las fiestas de fin de año”, relató Gloria, que vestía blusa y pantalón ajustados y no escondía su claro caminar tropical al pasar por el montón de desechos.

“Hay maneras de colocar la basura. Pero ya saben, tampoco hay buenas costumbres”, resaltó.

El comisionado Carollo planteó que ciertos servicios públicos, como la supervisión de la limpieza o el cumplimiento de reglas urbanísticas, “fueron afectados por la redistribución de una parte del personal a otras tareas” producto de otras necesidades creadas por la pandemia.

Carollo insiste en que el Gobierno municipal no para de hablar con urbanizadores e inversores “para seguir construyendo viviendas asequibles” en la zona, en terrenos públicos que “son propiedad de la Ciudad”.

Mientras tanto, a José, jubilado, le importa más compensar los 783 dólares que recibe al mes con la venta ambulante de legumbres y otros productos que ofrece de calle en calle.

“Permiso para vender y pago de impuestos. Es obligatorio. Si no, no puedo vender ni un mango”, manifestó, José, que además ayuda a su hija menor con unos dólares, quien perdió el empleo y es madre sortera y tiene dos hijas pequeñas.

A unos pasos de allí, los vecinos hablan de una familia que se vistió de luto en Nochebuena. Arturo, un joven que perdió su empleo y trabajaba como handyman, llegó a casa con unos tragos de más y tras una acalorada discusión con su esposa el cuñado intervino y le pegó tres tiros.

“Ése es el típico ejemplo de una familia conmocionada por necesidades económicas, que si no controla las emociones termina mal”, argumentó Adriana, vecina de la calle 6 del SW, mientras se disponía a salir del edificio donde sucedió el lamentable suceso.

“No es la primera vez que nos vemos así”, reclamó la señora. “Antes vivimos tiempos peores, con drogas y delincuencia, y logramos mejorar la situación. Ojalá podamos atajar esto a tiempo y no perder todo lo que mejoramos”, recalcó.

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