La lava de una erupción volcánica en el archipiélago español de Islas Canarias perdió velocidad el jueves, e hizo dudar si finalmente se extenderá por tierra y destruirá más viviendas en lugar de fluir hacia el mar.
Sur Florida / AP
Un enorme río de lava llegó el miércoles a una llanura y frenó hasta desplazarse apenas a cuatro metros (13 pies) por hora. El lunes, al día siguiente de que comenzara la erupción en la isla de La Palma, se movía a 700 metros (2.300 pies) por hora.
La colada de lava se volvió más gruesa al perder velocidad. y en algunos puntos alcanzaba los 15 metros (50 pies) de altura, según las autoridades. La lava cubría ya 166 hectáreas (410 acres) y había destruido unas 350 casas.
El cambio de ritmo dio más tiempo a los vecinos de localidades en su camino para llevarse sus pertenencias. La Guardia Civil escoltaba el jueves por la mañana a varias personas a recoger objetos personales en sus viviendas de Todoque, cerca de la costa.
La actividad sísmica en la zona, que aumentó antes de la erupción y se ha mantenido alta, se había estabilizado, indicó la Guardia Civil.
El volcán seguía expulsando lava, cenizas y gases, que alcanzaban hasta 4.200 metros (casi 140.000 pies) de altura, según el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN). Eso planteó temores a que la erupción afectara al tráfico aéreo sobre la isla.
ENAIRE, la agencia que gestiona el tráfico, estableció dos zonas de exclusión aérea sobre el área afectada para permitir que los servicios de emergencias operasen con libertad. Algunos vuelos con salida y destino en La Palma sufrieron retrasos el jueves por la mañana.
La Unidad Militar de Emergencia, que analizó muestras del aire en la isla, indicó que no planteaban riesgos para la salud.
No se han reportado víctimas de la erupción, aunque se espera que los daños a propiedades, infraestructuras y terrenos agrícolas sean considerables.
La supervisión científica de la actividad volcánica en la isla permitió alertar de una posible erupción y evacuar a tiempo a casi 7.000 personas. La erupción y sus consecuencias inmediatas podrían durar casi tres meses, según INVOLCAN.
Las autoridades habían expresado su preocupación por la llegada de la lava al Océano Atlántico. El choque de la lava, que está a más de 1.000 grados Celsius (más de 1.800 grados Fahrenheit), con el océano podría causar explosiones, aludes de tierra y nubes de gas tóxico, según los expertos.
Los reyes de España, así como el presidente del Gobierno, tenían previsto visitar la zona afectada el jueves.
La vida en el resto de la Palma, una isla de unos 35 kilómetros (22 millas) de largo y 20 kilómetros (12 millas) de ancho en su punto más amplio, apenas se ha visto afectada, y los turistas han seguido llegando para pasar vacaciones reservadas con antelación.
Las Islas Canarias son un popular destino para los turistas europeos debido a su clima agradable durante todo el año.