23 de diciembre de 2024 8:19 AM

La Amazonia se expone a severas sequías por cambio climático

Las selvas amazónicas podrían correr un riesgo de sequía extrema mucho mayor de lo que se pensaba, según una nueva investigación internacional, dirigida por la Universidad de Leeds. El estudio advierte que enormes zonas de la parte oriental del Amazonas se enfrentan a una grave desecación a finales de siglo si no se toman medidas para frenar las emisiones de carbono.

SurFlorida / Diario las Américas

Como consecuencia, se liberarían grandes cantidades de dióxido de carbono de la selva a la atmósfera, lo que aumentaría el efecto de los gases de efecto invernadero e impulsaría un mayor cambio climático.

El aumento de la sequedad durante la estación seca del Amazonas amenazaría aún más la viabilidad de grandes partes de la selva tropical, ya que los árboles ya sufren estrés hídrico y hay un mayor riesgo de incendios forestales.

Las sequías previstas también podrían tener consecuencias de gran alcance para el ciclo del agua en el Amazonas, la biodiversidad y la población que vive en la región.

Los resultados, publicados en la revista ‘Environmental Research Letters’, predicen reducciones de las precipitaciones comparables a la sequía observada durante las grandes sequías de 2005 y 2010, que causaron una mortalidad generalizada de los árboles y tuvieron importantes repercusiones en las comunidades amazónicas.

El equipo de investigación examinó los factores que regulan el proceso por el que los bosques transfieren el agua del suelo a la atmósfera, conocido como evapotranspiración.

La doctora Jessica Baker, de la Escuela de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Leeds, que dirigió el estudio, señala en un comunicado que “la gente de Brasil y de todo el mundo está preocupada, y con razón, por el futuro de la Amazonia y por su valiosa reserva de carbono y biodiversidad. La Amazonia está en peligro por la doble amenaza de la deforestación y el cambio climático”, añade.

“Este nuevo estudio arroja luz sobre cómo es probable que cambie el clima de la Amazonia en un escenario de calentamiento extremo. Debería hacer sonar la alarma para los gobiernos de todo el mundo de que este recurso mundial vital no debe darse por sentado –advierte–. Proteger y ampliar los bosques existentes -que absorben y almacenan carbono- es de suma importancia para combatir el cambio climático”.

La cuenca del Amazonas contiene la mayor selva tropical del mundo y desempeña un papel fundamental en los ciclos mundiales del carbono y del agua.

Sin embargo, los modelos climáticos existentes no se ponen de acuerdo sobre si el Amazonas se volverá más húmedo o más seco. Esto dificulta a los responsables políticos la predicción de futuras sequías, la evaluación de los riesgos de incendios forestales o la planificación de estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.

El equipo de investigación analizó los resultados de 38 modelos climáticos conocidos del Amazonas. Al descartar las predicciones climáticas de modelos poco realistas, los patrones de cambio de las precipitaciones futuras en el Amazonas quedaron más claros.

Según el nuevo estudio, sólo un tercio de los 38 modelos reproducía correctamente las interacciones entre la atmósfera y la superficie terrestre que habían mostrado los trabajos de campo en la Amazonia.

Al centrarse en este grupo más pequeño de modelos, la incertidumbre sobre los cambios en las precipitaciones en toda la cuenca del Amazonas se redujo a la mitad.

Este grupo mostró una amplia coincidencia en la predicción de los futuros cambios en las precipitaciones, esperándose una grave desecación en el este de la Amazonia durante los próximos 80 años y, por el contrario, un aumento de las precipitaciones en la cuenca occidental.

El doctor Caio Coelho, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil y coautor del estudio, asegura que “es importante entender cómo podría cambiar el clima de la Amazonia en el futuro”.

“Este estudio muestra que la reducción de las precipitaciones en la estación seca en algunas partes de la Amazonia podría ser similar a la desecación observada durante las grandes sequías amazónicas de 2005 y 2010, que causaron la mortalidad generalizada de los árboles y tuvieron importantes repercusiones para las comunidades amazónicas”, concluye.

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