Según medios estadounidenses, la líder demócrata lo considera un “peso muerto” y le echó la culpa por la derrota.
La exvicepresidente demócrata de Estados Unidos, Kamala Harris, se mostró sonriente y llena de cariño hacia su “adorado” esposo, Doug Emhoff, inmediatamente después de sufrir una contundente derrota a manos de Donald Trump en las elecciones presidenciales
Sin embargo, ahora que Trump ha asumido nuevamente la presidencia, para Harris, quien no le cayó bien su derrota, el foco de sus reproches parece haberse dirigido hacia su marido, a quien considera un “lastre” y lo responsabiliza por la derrota.
Mientras reflexiona sobre su futuro político, ya sea una posible candidatura a gobernadora de California en 2026 o un nuevo intento por la presidencia dos años más tarde, Harris debe decidir si Emhoff es un recurso valioso o una carga para su carrera.
El pasado 17 de enero, Kamala Harris, siguiendo la tradición de los vicepresidentes salientes, dejó su firma en el escritorio oficial antes de abandonar su residencia. Durante el momento, Emhoff se encontraba junto a ella para la foto protocolar.
Al ser consultada sobre sus planes a futuro, Harris aseguró a su equipo: “No soy de las que se retiran silenciosamente. No se preocupen, los mantendré al tanto“.
Sin embargo, no todo parece andar bien en el ámbito personal. Según fuentes cercanas, Doug Emhoff habría firmado un contrato con un prestigioso bufete de abogados, lo que obligaría a Harris a dividir su tiempo entre Nueva York y San Francisco.
“Su principal objetivo ahora parece ser su esposo, a quien considera una carga“, comentó una fuente citada por el medio Daily Mail. Tras su derrota, Harris estaría enfocada en llevar a cabo una transformación completa de su imagen para revitalizar su carrera política, posiblemente dejando a Doug Emhoff en segundo plano, según el informe.
Una fuente señaló: “Doug no le hizo ningún favor a Kamala durante las elecciones. Francamente, parecía un idiota hipócrita después de que se supiera que había dejado embarazada a la niñera de su hijo mientras estaba casado con su primera esposa y había agredido a su exnovia inmediatamente después de su cruzada de ‘soy mujer’“.
En la asunción presidencial del lunes, la pareja presentó una imagen de unidad, aunque sus expresiones permanecieron sombrías mientras escuchaban el discurso de Trump y sus rostros reflejaban la tensión existente.
SF