Jennifer Hudson acababa de ganar el Oscar por “Dreamgirls” (“Soñadoras”) cuando la llamaron para conocer a Aretha Franklin en 2007. Las dos cantantes se habían conocido técnicamente antes, cuando Hudson, recién salida de American Idol, abrió un concierto de Franklin en Indiana. Pero esa ocasión era diferente: La Reina del Soul le dijo a Hudson que quería que la interpretara en una película.
Sur Florida / Diario las Américas
Esa presentación sería el comienzo de lo que se convertiría en un viaje de casi 15 años para que “Respect” (“Respect: La historia de Aretha Franklin”) llegara a la gran pantalla y finalmente la película se estrena el viernes.
La película biográfica, avalada por Aretha Franklin, ha tardado mucho tiempo en desarrollarse y Hudson no fue la única considerada para el papel. A lo largo de los años se manejó la posibilidad de Halle Berry, al igual que Audra McDonald lo hicieran. Se necesitarían otros ocho años para que Hudson tuviera una oferta sólida y aun así no había guion ni director.
“Incluso cuando comenzamos a filmar decía espera ¿en serio, realmente está pasando esto?”, dijo Hudson entre risas en una entrevista reciente.
A pesar de todo, el largo periodo de gestación terminó ayudando.
“No habría estado lista entonces”, dijo Hudson. “No sé si hubiese tenido la valentía de hacerlo o no y vivido suficiente para sentirme relacionada con la historia, para poder contarla. Creo que necesitaba vivir y tener experiencias de vida para poder hacerlo”.
Esto incluye haber tenido un hijo, mejorar sus habilidades de actuación en Broadway y otras películas y sobrevivir la terrible pérdida de su madre, hermano y sobrino, quienes fueron asesinados. También pudo desarrollar una verdadera relación con Franklin, con quien hablaba casi cada semana hasta su muerte en agosto de 2018.
“Aretha es una persona introvertida y su presencia es casi siempre tan de realeza”, dijo Hudson. “Me llevó mucho tiempo calmarme”.
Su última conversación, recordó Hudson, fue de buenos deseos para la filmación. La muerte de Franklin le rompió el corazón a Hudson, quien cantó en su funeral. Pero todos los involucrados en el proyecto parecieron resurgir de la pérdida con un sentido de propósito renovado.
Los productores de MGM invitaron a la directora sudafricana Liesl Tommy para que presentara una propuesta. Tommy había dirigido televisión y había sido nominada un Premio Tony por la obra de Broadway “Eclipsed”, pero nunca había dirigido un largometraje. Se dio cuenta que era una posibilidad remota, pero hizo lo que le encargaron y tuvo una visión clara: Su película biográfica sobre Franklin la seguiría en su travesía por encontrar su propia voz y culminaría con la grabación del álbum gospel “Amazing Grace”.
A los productores les encantó. Tommy convocó a la dramaturga Tracey Scott Wilson para que escribiera el guion y pronto las cámaras estaban filmando.
“Respect” sigue la vida de Franklin desde los 10 años, como una talentosa cantante innata cuyo padre, el pastor C.L. Franklin (interpretado por Forest Whitaker, quien por tercera ocasión es el padre de Hudson en pantalla), solía pedir que se presentara para los invitados de sus fiestas y en la iglesia, hasta los 29 años, cuando ya era un ícono global.
La película ofrece un vistazo a su crianza de clase media alta y su envidiable círculo de familiares y amigos, que incluía a todos, de Martin Luther King Jr. a Dinah Washington (interpretada por Mary J. Blige), la muerte de su madre (a la que retrata McDonald), el nacimiento de sus dos hijos antes de que cumpliera 15 años, su matrimonio turbulento con Ted White (Marlon Wayans), o la colaboración con el productor Jerry Wexler (Marc Maron) y la banda Muscle Shoals Rhythm Section que cambió el rumbo de su carrera.
Los cineastas crearon todo con sumo detalle, Hudson tiene 83 cambios de vestuario, e incluso transformaron un estadio en Atlanta para que se viera como el Madison Square Garden de la década de 1950 para el gran número de “Respect”.
“Estábamos tan intensamente nerviosos de filmar ‘Respect’”, dijo Tommy. “Era demasiado trabajo. Cada departamento se llevó al límite. Había cientos de extras”.
Era, como le recordó uno de los productores, “un día caro”.
Y entonces Hudson comenzó a cantar.
“Los artistas en el fondo se volvieron locos. Literalmente la gente estaba llorando”, dijo Tommy. “Esa primera toma fue perfecta, estaba tan bien lograda. Y una vez que pasó todos dimos un enorme respiro, suspiros emotivos y llorosos de alivio. Y fue un día alegre después de eso”.
Para darle autenticidad a la producción, Hudson cantó en vivo ante la cámara la mayor parte de la película.
“Quería experimentarlo como ella. Todo lo que ella experimentó en vivo fue en vivo”, dijo Hudson.
Aunque los triunfos y desafíos de Hudson y Franklin son diferentes, Hudson pudo sentirse identificada a un nivel profundo.
“No era la hija de un pastor, pero crecí como la hija de un pastor. Estaba en la iglesia los siete días de la semana”, dijo. “Son mis raíces también, comencé a cantar cuando era bebé sentada en las piernas de mi abuela”.
Toda la experiencia de hacer la película ha sido surrealista para Hudson, cuyo nombre está nuevamente en la conversación de los Oscar.
“Ella es uno de mis más grandes ídolos y simplemente conocer a tu ídolo es algo único en la vida ¿no? Así que haberla conocido y poder rendirle homenaje muchas veces y después que mi sueño fuera querer interpretarla y que dijera ‘quiero que me interpretes’ es muchísimo”, dijo. “Todavía lo estoy asimilando”.
Pero al final de cuentas todo se trata de Franklin y hacerle justicia al legado que le confió a Hudson.
“Sé que todos tenemos respeto por la señorita Aretha Franklin, pero para cuando llega el final de la película me gustaría que tuvieras un nuevo respeto”, dijo Hudson.